01. the guilt comes later

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Manama, Bahrain.
Febrero 25, 2023.

Negué con la cabeza separándome de él. — No Charles, perdón, esto está muy mal. — Revolví mi cabello con arrepentimiento.

— Si ambos lo deseamos no está tan mal. — Se encogió de hombros.

La cercanía era peligrosa, él tenía algo a lo que yo no me podía resistir, pero aunque quisiera seguir así de cerca todo indicaba que estaba mal.

— Tengo que irme. — Negué con la cabeza a punto de levantarme del sofá.

El me tomó por la mano, evitando que pudiera levantarme. — Quédate Bella. — Me gire para mirarlo nuevamente.

¿Cómo podía decirle que no? Su cabello desordenado, sus ojos iluminados por la poca luz que entraba gracias a las ventanas, sus labios, todo en él se veía tentador.

— Yo...

Me interrumpió, nuevamente me estaba besando, y aunque todo esto pudiera salir mal, se sentía demasiado bien.

La sensación de sus labios contra los míos, nuestras lenguas luchando por el control, todo estaba mal pero estar aquí, justo ahora, me hacía sentir como que todo estaba bien.

Tomé todas las fuerzas dentro de mi para poder separarnos. — Perdón Charles, no puedo. — Caminé hasta la puerta. — Nadie puede saber de esto. — Salí corriendo de su departamento.

Corrí tan rápido como pude hasta mi auto, una vez que estuve dentro pude respirar con normalidad.

Una parte de mi sabía que a partir de este momento nada sería igual y todo empeoraría, pero otra parte de mí quería volver con él y seguir con lo que habíamos empezado.

Deseché la segunda opción por completo, pero seguía recordándolo, su olor, su tacto, la forma en que el me trata, la forma en que me besa.

Resoplé frustrada y encendí el auto, esto quedaría en el pasado, no se repetirá nunca y nadie se enterará jamás.

Manama, Bahrain.
Febrero 27, 2023.

No he tenido valor para ver a Lance, he estado evitándolo desde el sábado.

Ni mensajes, ni llamadas.

La culpa me está comiendo y está claro que debería hablar con el, lo que no está claro es cuando tendría que hacerlo.

Por otra parte tampoco he hablado con Charles, y gracias al cielo tampoco lo había visto, aunque en algunos días ya tendría que volver a verlo, eso no era lo que me preocupaba.

La única persona con la que quería hablar era con Lex, pero ella aún no estaba aquí.

Resoplé mientras cerraba la regadera, ni siquiera con una ducha pude aclarar mis pensamientos.

later

Con toda la disposición del mundo estaba caminando hacia el restaurante del hotel, hasta que vi dos siluetas muy familiares.

Para ser exacta, a los dos pilotos que estaba evitando desde el sábado.

Maledizione. — Negué y me di la vuelta dispuesta a salir del lugar tan rápido como fuera posible.

Para mi mala suerte Lando venia entrando acompañado de Carlos.

Doppia maledizione. — Los hombres se acercaron a mí confundidos.

Getaway Car [Charles Leclerc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora