Getaway Car [Charles Leclerc]

08. family in the middle

Mónaco, Mónaco.
Junio 26, 2022.

Día soleado en Mónaco, nublado en la casa Stroll.

Lance con nervios golpeó la puerta de la
oficina de Lawrence. — Papá, ¿podemos hablar? — Asomó su cabeza apenas abriendo la puerta.

— Que sea rápido, tengo muchas cosas que hacer. — Murmuró sin despegar la vista de los papeles regados por todo su escritorio.

El menor suspiró adentrándose y cerrando la puerta detrás de él.

— ¿De qué quieres hablar? — Volvió a hablar a su hijo.

— Es sobre Bella. — Lance tomó asiento en una de las sillas. — Creo que nuestra relación va muy bien.

— ¿Y? — Bufó leyendo un documento.

— Le quiero pedir matrimonio.

Lawrence se carcajeó, dejando los papeles que tenía y ahora fijando la mirada en su hijo.

— Lance, no digas tonterías. — Negó con la cabeza.

El menor frunció el ceño. — Estoy hablando en serio papá. — Se cruzó de brazos.

— No seas estúpido Lance, tienes 23 años, como vas a casarte. — Su hijo rodó los ojos. — Ni siquiera se porque tienes novia, deberías estar disfrutando de la vida.

Lance torció la boca. — ¿A qué te refieres?

Su padre resopló levantándose de su silla giratoria. — Eres joven, tienes dinero, eres guapo. — El menor sonrió ante los halagos. — Deberías salir con muchas chicas, disfrutar mucho más antes de casarte.

Por algunos momentos Lance se imaginó, rodeado de mujeres, disfrutando sin ningún compromiso, pero casi al instante sacudió la cabeza, tratando de borrar los pensamientos.

— Yo quiero a Bella, quiero casarme con ella. — Asintió firme.

El señor Stroll resopló. — No se trata de si la quieres, puedes casarte con ella más adelante. — Se encogió de hombros. — Si sales con otras chicas no tiene porque enterarse.

— No saldré con otras chicas. — Descartó al instante.

— No tienen porque durar más de una noche, piénsalo. — Dejó unas palmadas en la espalda de su hijo. — Si eso era todo puedes irte Lance, tengo trabajo que hacer.

— Solo una cosa más. — Murmuró levantándose de su asiento. — Si me caso con ella...

— No lo harás Lance, no ahora. — El menor rodó los ojos, saliendo de la oficina de su padre.

Se dirigió a la cocina con la cabeza agachada, frustrado, enojado y hasta pensativo.

"¿Será que papá tiene razón?" se cuestionaba a sí mismo.
Su mente daba mil vueltas pero no llegaba a ninguna parte.

— Hola hermanito. — Se acercó Chloe con notable alegría a dejar un beso en su mejilla.

— Hola Chlo. — Medio sonrió.

— ¿Por qué tan apagado? — La rubia torció la boca.

— ¿Por qué tan feliz? — Lance alzó una ceja.

Chloe mordió su labio dudosa. — ¿Si te digo algo no le dices a nadie? — Lance asintió no muy seguro. — Me voy a casar. — Susurró dando pequeños brincos de emoción.

Los ojos del menor se abrieron como platos. — Estás jugando. — La rubia negó con la cabeza mientras le enseñaba su mano con el gran anillo de compromiso.