Día 3

144 33 5
                                    

Limpiándose el sudor de la frente con la manga de su buso, Jimin se levantó y estiró sus rodillas.

Jamás volvería a desmeritar el trabajo de un jardinero, ni ninguna otra profesión.

Tomó su botella con agua y bebió, regando unas cuantas gotas en su barbilla. Retiró su gorra y sacudió su rubio cabello. Aquel día había un estresante resplandor.

Iba a continuar con su labor en aquella área, pero en eso el estómago le rugió, vio la hora en su celular y se percató que hace 5 minutos era la hora de su almuerzo.

Dejó todo tal como estaba, y fue hacia la casa, rodando el vidrio del ventanal entró y fue hacia la cocina.

Pero se detuvo al ver al joven Min en la sala. Creía que estaba en su habitación. Pero que tonto, era la casa de él, obvio podía estar donde quisiera.

Al parecer no se había dando cuenta de su presencia, ya que estaba sentado en un sillón, con una guitarra en su regazo mientras apuntaba algo en unas hojas.

Al parecer no se había dando cuenta de su presencia, ya que estaba sentado en un sillón, con una guitarra en su regazo mientras apuntaba algo en unas hojas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Se lo veía tan lindo y tierno. Tan fresco, tan etéreo...es que...Jimin ya no sabía como vas describirlo.

En eso, Agust alzó la cabeza. Le sonrió.

No, por favor, no me sonrías.

- Buenas tardes hyung, ¿todo bien?

- Buenas tardes joven Min, si todo bien. Venía a almorzar. - Jimin estaba seguro que su mirada era muy intensa, y por un momento se asustó de causarle una mala impresión.

- No me diga joven Min, usted también es joven hyung, solo dígame Agust.

Jimin sonrió inevitablemente. - Está bien, Agust.

- Puede seguir a la cocina, que tenga buen provecho.

- Gracias - Jimin estaba a punto de irse pero se detuvo, volviéndolo a ver - disculpe, ¿usted, ya comió?

- Uhh...aún no tengo hambre, lo haré más tarde, gracias por preguntar. - Agust le sonrió con dulzura y prosiguió con lo que estaba haciendo en la guitarra.

Jimin se obligó a retirarse. - De nada, Agust.

Mientras comía en el mesón de la cocina, escuchaba como Agust entonaba la guitarra. Era una melodía tan relajante que lo hacía delirar y fantasear.

Había pasado algún tiempo desde su última relación, y a pesar de que tenía una vida sexual activa, no había tenido un buen sexo desde hace dos meses. Agust era su tipo ideal para una buena cogida, y hasta para algo más.

Pero él se veía tan inocente, tan chiquillo...y además era su jefe. Por Dios, si que estaba delirando.




D-DAY || JS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora