CAPITULO 3: "Pequeña mojigata"
PRESENTE
SADIE
—Una cena de amigos en común— contesta mirándome directamente a los ojos, sé muy bien lo que hace, intenta crear el escenario de romántico que tan bien se le da en las películas.
—La primera vez que la vi, sentí como el corazón amenazaba con salir de mi pecho y cuando ella me respondió la mirada —me aprieta el hombro ligeramente, me he preparado para estolas últimas 2 horas.
—Lo fue todo— contestamos ambos al unisonó, suspirando tal cual dos enamorados, mientras elevo mi flamante y falsa sonrisa.
Y sí me prepare 2 horas para hablar esto.
Aunque el telón nunca se va a cerrar, no con Ren como mi marido.
— Amor a primera vista— increíble, grita Janisse sin dejar de sostenerme la mirada.
Sé lo que está pensando.
¿Primera vista?¿De mí?
Definitivamente alguien está mintiendo.
Y somos los 2.
—Es la mujer más hermosa que he visto...su sonrisa, su carácter dulce—agrega Ren con un suspiro— Encontrar el amor es casi como una experiencia fuera de este mundo y tenerla ahora conmigo se siente como si todo el universo hubiera conspirado para tenerla a mi lado — relaja los ojos y mira directamente a la audiencia, ya puedo sentir los suspiros de las señoras y las palas y picos de los fans.
—¿Y tú Sadie?, dime como fue para ti, conocer a Ren Inoue.
¿Conocer a Ren Inoue? ¿Cómo fue para mí?
SADIE
PASADO
—¿Te aceptó? — Pregunta mí nuevo jefe, la mano derecha de Madame Mask y proxeneta en su tiempo libre, o al menos eso es lo que le vi haciendo hace 30 minutos cuando escoltaba un grupo de mujeres a habitaciones vip con hombres cuyos nombres no debería salir de este lugar.
—Si— declaro.
—Mierda.
—Hoy empiezo—respondo—Madame Mask pidió que me lleves al camerino con las chicas, hoy trabajaré de camarera.
—Pensé que te tendría bailando en el club, no que te mandaría a atender como mesera.—Eso fue lo que dijo o ciertamente eso es lo que tengo que hacer.
"Quiero saber lo que vales pequeña mojigata, sobrevive como camarera y luego te convertiré en una de mis chicas", fueron sus palabras exactas.
—Bien, dime ¿Cuál es tu nombre? —dice el proxeneta.
—Sadie Grant—respondo rápidamente.
—No quiero tu puto nombre real, quiero un alias, necesitas uno para evitar problemas, por ejemplo, soy Bocadillo y no quieres saber porque—una risa chillona sale de sus labios enmarcando los tatuajes alrededor de su boca.
Tiene razón no quiero saberlo.
—Hannah— declaro, a lo que claramente usé la única oportunidad que tenía para hacerle una referencia a Hannah Montana, mi niña de 10 años no estaría del todo feliz por esto, pero no pienso desaprovechar la única oportunidad que tengo de usar la frase "lo mejor de dos mundos" aunque evidentemente cualquiera de mis dos mundos son una mierda.
—Entonces Hannah, vamos, tenemos que vestirte—dice entre carcajadas.
Bocadillo me lleva consigo hacia el camerino donde una mujer está en topless y ni se inmuta de mi presencia.
Tan alta como una modelo, aproximadamente 1.70 m
Cabello rubio.
Piel ligeramente.
bronceada.
Tetas y trasero libre de celulitis.
Chicas como ella solo se ven en las revistas.
Y yo estoy a kilómetros de distancia.
—Compartirás el camerino "Shine", con una de mis mejores chicas— murmura—asegúrate de aprender algo bueno.
—Ella es Hannah empieza hoy será la nueva camarera, haz lo tuyo.
Torpemente me acerco hacia los lokers y dejo algunas de mis cosas dentro, cuento hasta diezmentalmente y giro para presentarme.
—Hola, soy Hannah— mi voz suena demasiado aguda, pero el silencio de su respuesta opaca mi chillido. Continúa observándose y maquillándose frente al gran espejo en la pared, trato de fingir que no me importa demasiado su silencio y empiezo a vestirme.
—Es la prueba de la mesera—se da la vuelta alejándose de su propio reflejo e inspecciona mi aspecto. Yo en cambio me quedo embobada mirándole los pechos, no tenía ni idea que existía una técnica de couturing para la simetría de pechos, guardo la información para próximas referencias.
—Usaras esta minifalda blanca con este brasier de lentejuelas, hoy depende si te quedas o no—indica ella.
— ¿La prueba de la mesera? —pregunto.
—La prueba de la mesera consiste en que consigas una cantidad respetable de propinas, alrededor de 200 dólares, Madame quiere conocer tus encantos y el dinero es la prueba.
Me extiende la mano y se presenta—Soy Diamond.
En menos de 10 minutos ella me transforma por completo, observo como mi reflejo me mira con ojos que no reconocería como propios: cabello castaño brillante de tanto spray, piel saturada de iluminador, ojos delineados en una sombra dorada y labios rojos cereza.
Esta es una versión de mí que ha cambiado con un simple pincelazo.
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NECESITO ODIARTE
RomanceMe encantan las celebridades y sus extravagancias de por medio, pero no me encanta la idea de mi siendo una. Aun así estoy aquí en Tv nacional con la copia barata de Oprah Winfrey (Janisse Wallace ) dando la exclusiva de mi reciente matrimonio con...