Samanta nunca se ha considerado alguien normal, ni siquiera se consideraba a si misma humana, las cosas que veía, lo que podía hacer, jamás serian comunes, ver cuando alguien iba a morir, controlar el agua y pronosticar el clima no eran cosas que pu...
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"El reporte del clima pronostica días parcialmente nublados en Neoma." Escuchaba la voz del locutor por la radio mientras veía el paisaje pasar rápidamente. María estaba sentada en el asiento del copiloto, hablando con su papá. Ambos se ofrecieron a llevarme a casa y no pude negarme. Siempre han sido demasiado amables conmigo.
Convencer a Mari de que podíamos confiar en las palabras del alcalde y en las noticias me había costado un poco más de lo normal. Tuve que usar fuerzas psíquicas e incluso mentirle sobre haber visto a algunos de esos chicos cerca de la gasolinera que está en el camino hacia mi casa. No esperaba que esas noticias la afectaran tanto. Ni siquiera eran listas recientes de desaparecidos.
Había muchas personas reportadas en internet relacionadas con este pueblo, pero la mayoría desaparecía de la red apenas unos días después de que salía la noticia. Extrañamente, los periódicos o revistas que eran conocidos en la zona tenían noticias mucho más interesantes o contenían frases como: "están bebiendo en el bar de Willi", "todos los foráneos terminan en el bar de Will", o encabezados que les quitaban importancia a sus nombres.
Aún recordaba el periódico que reportaba la desaparición de Lina Rodrigo, una chica embarazada que había venido a buscar al padre de su hijo. El artículo era tan escandaloso que la historia se había mantenido en la radio y en los periódicos, pero siempre se burlaban de la chica e incluso llegaban a cuestionar su enorme barriga con la que recorrió Neoma.
"No hay duda de que se vienen tiempos maravillosos para el pueblo", dice el chico en la radio.
"Sin duda es así, Malcolm, pero no debemos olvidar las tradiciones de nuestro hogar. Pronto será el festival de luna nueva".
Frunzo el ceño al escuchar esas palabras. Las actividades nocturnas siempre se llevan a cabo en luna llena y están supervisadas por el alcalde y las familias más adineradas del pueblo. Nunca se realizan en otros ciclos de luna y mucho menos cuando tenemos tantos visitantes externos. El auto se detiene en el semáforo cercano a la gasolinera del pueblo. El gran letrero de Texaco parece burlarse de mí, recordándome la cantidad de mentiras que le dije a mi mejor amiga para mantenerla tranquila.
—Va a ser una gran fiesta, ¿no crees, Sam?
—¿Qué? — pregunto desconcertada.
—La fiesta que está organizando el alcalde, ¿vas a ir cierto?
—¿La fiesta que organiza el alcalde?
—Sí, bueno, va a ser una estrategia política para seguir siendo alcalde, eso es obvio, pero va a ser en luna nueva —sus ojos brillan de emoción—. Podrás asistir, amiga.
—Yo... no sé si podrá asistir, Mari. —Veo por la ventana a su papá hablando con la cajera. Al parecer, está comprando algo de comida. Siempre llega a mi casa con algo de comida.
«Que venga pronto al auto. No quiero hablar de esto con Mari».
—No será en luna llena, Sam —miro a mi amiga—. Podríamos divertirnos juntas.
