cinque: thv

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CINQUE: thv

Había tomado el día entero para cualquier trámite legal que requiera la bebé. Jungkook no podía faltar por lo que me dejó una copia de su identificación, que era más que suficiente. Dentro del sobre, en su acta de nacimiento tan sólo tenía su fecha de nacimiento (la cuál indicaba que nació hace cinco meses), por lo que tuve que pedir una cita con un pediatra para que pudiera darme más datos, como su tipo de sangre y que solicite exámenes médicos para conocer a qué es alérgica. No voy a negarlo, mi bolsillo quizá lloró un poquito y quizá el bolsillo de Jungkook también va a llorar, pero estamos bien (inserte sonrisa rara llena de dolor).

Luego de todo eso, tuve que ir a registrarla legalmente. Fue realmente un problema, porque... bueno, Jungkook y yo somos hombres. Gays. Ninguno de los dos puede dar a luz. El señor del registro me miraba sin entender por qué no podía darle el nombre de la madre de la bebé.

"Es que es mi hija y de mi novio." Insisto.

"Pero ella tuvo que venir de una mujer, señor Kim, por obvia biología." Me repite el funcionario y yo hago un puchero.

"Pero ella se fue." Vuelvo a insistir.

"Entonces, el padre debe hacer el registro." Suspira, agotado de batallar conmigo.

Observo a la bebé, que dormía sobre mi pecho. Había comprado un portabebés porque me quedaba más sencillo. Ella se parecía a Jungkook físicamente, supongo que debería llevar su apellido, ¿no?

"¿No puede llevar el de ambos?" pregunto nuevamente.

"Eso ya es un proceso aparte, señor Kim, sería el proceso de adopción por su parte." Suspira, "Pero aquí en Corea no existe algún proceso para que dos hombres puedan ser padres de un infante."

"Está bien, está bien." Me resigno, entregándole todos los papeles que solicitaban según internet. Quedaría como hija de Jungkook, igualmente él no podría librarse de mí, es como si estuviéramos casados de todas formas. Ella sabrá que es mi hija, aunque yo no la haya dado a luz. Firmé todos los papeleos necesarios, tratando de mantener la calma, esto es real ahora. Esa niña ahora es de nosotros por y para siempre. Wow.

Salí del registro con una sonrisa triunfadora que se esfumó apenas el olor fétido llegó a mi nariz.

"Diablos, Sunhee, ¿por qué haces popó de la nada?" me quejo, rebuscando en mi maleta por pañales antes de buscar un baño. ¿Debería quejarme ante la falta de cambiadores en un baño de hombres? Caramba, que yo sé que es raro que sean los padres los que se encarguen de esto, pero existimos los gays... y los padres solteros.

Luego de tan ajetreado día, vino mi parte favorita. Comprar. Y sí, es verdad que nuestra economía actualmente no es la mejor, deudas es lo que nos arrasa, pero tenía unos cuantos wones ahorrados. Escogí una cuna convertible, para que después sirva de cama, que creo que me hizo llorar al pasar mi tarjeta. Una silla comedor convertible también, para que todo se pueda aprovechar. Poca ropa, los bebés crecen rápido y después esa inversión en ropa es obsoleta. Teteros, que claramente eran necesarios según vi tutoriales de padres primerizos en Youtube. Si tengo que ser honesto, consideré profundamente ponerle mi tetilla a la bebé hasta que saliera leche. ES BIOLOGICAMENTE POSIBLE. Hombre, que es costoso cualquier cosa para bebé. Esta niña es un lujo costoso. De pronto no visto Gucci, PERO AHORA TENGO UNA BEBÉ. Es incluso más costoso que un guardarropa lleno de Gucci, Celine, Calvin Klein, Balenciaga o demás. Lo juro.

"Más te vale que te guste todo esto, bebita." Le digo a la bebé que observaba conmigo como todas las cajas son subidas a un camión transportador que llevará todo al apartamento. "Y que a tu papá Kook también." Suspiro.

Creo que lo más divertido de llegar a casa, fue ver la cara de estupefacción de Jungkook. No por nosotros, claramente, sino por la cantidad de cajas y bolsas que llegaron. Podía ver en su mirada un poco de enojo, pero en mi defensa yo no consideraba nada de esto un derroche. Ambos esperamos pacientemente a que los trabajadores se fueran del apartamento para poder hablar, las miradas de curiosidad sobre nosotros no fueron agradable. Pero, ¿quién nos manda a ser una pareja gay en Corea del Sur?

"¿Sabes que yo sigo pagando mi deuda y tú tienes una colegiatura que pagar?" me dice en voz baja, grave, casi como un murmullo, casi.

"Sí, pero una bebé no es barata. Lo sabías." Me defiendo, dejando a la bebé adormecida sobre nuestra cama. "Ya está hecho, de todas formas. Oficialmente eres el padre de Jeon Sunhee."

"¿No conseguiste que fuera Jeon-Kim?" me pregunta después de unos minutos en silencio, más calmado y yo niego, frunciendo los labios.

"Corea aún se niega a una familia homosexual." Me burlo, con un poco de dolor en el pecho. Pero le sonrío, evitando cualquier drama innecesario. "Pero eso no quita que tú y yo somos los padres de ella. Así que Jeon Jungkook, gracias por ser el padre de mi hija."

Jungkook dejó caer sus hombros antes de abrazarme fuertemente. Ambos conocíamos de primera mano el poder de la homofobia, habíamos vivido con ella interna y externamente durante mucho tiempo. Aceptar que nuestro corazón no aceptaba la "normatividad" fue una lucha difícil, una lucha personal que cada uno batalló, pero ahora ambos sabíamos que no es nuestra culpa amarnos, nunca lo sería, es culpa de la sociedad por ser tan cerrada. Me refugié en su abrazo y su calor tanto como pude, sintiendo mi alma restablecerse ante su amor.

Luego de casi una hora, decidimos empezar a organizar las cosas para la pequeñita. Jungkook insistía en armar la cuna en la sala del apartamento, pero no tenía sentido, debía estar en nuestra habitación por lo que duramos alrededor de quince minutos debatiéndolo hasta que él se rindió y la armamos cerca de nuestra cama. Luego de ello, fue adaptar el apartamento para ella. Su sillita, sus juguetes, su ropa la colgué en nuestro armario, incluso dejé algunos teteros preparados. Pusimos unos cuantos protectores a los bordes y Jungkook insistió en que pronto compráramos protectores para los toma corrientes ya que por la edad de Sunhee no tardaría en gatear lo que podría ser un peligro.

Terminamos alrededor de la una de la madrugada, el agotamiento nos pesaba en los ojos, sobre todo porque teníamos clase mañana. Él como profesor y yo como su estudiante.

"Dime que me dejarás llegar media hora tarde." Suplico, luego de que nos diéramos una ducha.

"No hago excepciones, Tae, lo sabes mejor que nadie." Responde burlón, mientras tomaba a la bebé y la dejaba en la cuna.

"Pero soy tu novio." Lloriqueo, "¿Qué tiene de divertido acostarse con el profesor si no hay privilegios?" Pregunto retóricamente y él empieza a reírse. "No es chistoso."

"Quizá para ti, joven Kim."

"¿Uh, roleplay?" bromeo coquetamente.

"Quizá mañana, tenemos menos de cuatro horas para dormir, guapo."

"Eso mata la pasión." 

HEARTBEAT | KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora