Sexo con un vagabundo- kaisoo

8

—Te deseo jongin.

Soltó todo el aire que tenía guardado desde que Jongin estuvo encima de su cuerpo.

Bajo la mirada porque tenía pena de decir eso enfrente del moreno. Quiso apártalo  pero su mano que un estaba en su pecho había perdido fuerza. Su mente estaba en  blanco porque no tenía palabra para decirle que se quitara,  por parte de Jongin no quito su agarre de su cintura, pero tan poco lo dejo de ver.

—Lo siento, no debí decirte eso. —Volvamos abajo, Kris se fue…gracias por tú ayuda.

Esta vez sí iba a apartarse, pero Jongin fue más rápido, dando un paso hacia delante topado sus cuerpos a la madera fría.

—No Kyungsoo.

Fue la primera vez que hablaba tan serio desde comenzó con ese juego en la cama para darle celos a Kris. Su mirada estaba oscura, quiso tomar aire pero no podía su cuerpo estaba estático y sus pulmones creo que se olvidaron como respirar.

No tuvo oportunidad para decirle algo o hacer algo. Los labios de Jongin atraparon los suyos en un beso sensual. Metiendo sin permiso su legua para jugar con la suya, Kyungsoo cerró los ojos que una vez estaba abiertos dejándose llevar.
Perdiendo la cordura, cambio de ángulo de su cara para profundizar el beso, sus piernas perdieron el equilibrio dejándose caer. Pero los fuertes brazos de Jongin lo rodearon para levantarlo aprovechado para que sus piernas rodeara su cintura.

Aunque la pared ayudaba, no podía tocarlo o quitarle la molestia de su ropa interior. Kyungsoo subió ambas manos hasta su  hombros enterrado sus uñas.

Dio media vuelta sin votar al pequeño, con los pasos con cuidado para no caer o tropezarse, llegaron a la cama. Dejado libre su cintura puso sus manos fuertes y grandes a buscar las sabanas para quitarlas porque ahora la escena iba ser real.

Lo deposito en la cama separándose del placer del beso, sus miraras se volvieron a topar, Kyungsoo quiso esconder su cara, pero Jongin fue el que lo tomo del mentó para que lo viera.

—No me gusta lento, te hare gritar mi nombre hasta que llegues a tú orgasmo.

Y vaya que lo va cumplir, no le dijo nada porque todo estaba claro. Jongin rápidamente tomo su ropa interior para ver su erección, paso su dedo por la punta haciendo brincar el cuerpo del pelinegro que dejo salir un gritillo.
Fue restregado sus dedos por la punta dando una pequeña apretadas para escuchar los sonidos que dejaba salir. Teniendo lo que necesitaba se puso de rodillas para ayudarse con la mano libre, bajarse su ropa interior.

Kyungsoo se tragantón con su saliva, sí el pene de Jongin era grande ya con la erección era el doble.

—Date la vuelta.

No quiso esperar, haciendo lo que le pido se dio vuelta dando la vista a la pared de su cama. Jongin estiro sus piernas en posición de tortuga. Hizo que levantara un poco la cadera.

Quiso ver su rostro, encontrándolo muy cerca estaba sonriéndole. Le hizo sentir especial, quería ser especial en estos momentos para Jongin.
Con solo es idea se fue acercado cortado las distancia, para probar sus labios que ahora estaba a su deposición.

En su entrada se pudo sentir sus dedos calientes y gruesos jugar, no le dio importancia porque Jongin lo hacía sentir único. Aunque debe estar loco por tener sexo con un vagabundo que no sabe si tiene una enfermedad venérea. No le importa arriesgarse por sentir un de carias por parte de él.

Sus dedos estaba estirando su entrada, él estaba moviendo su cadera contra la pequeña movidas de su cuerpo, sintiéndose fantástico. Jongin se separó del beso dando un pequeño lamento en todo su mentón mordiéndolo a su paso hasta llegar a su odio donde le daba mordidas, sintiendo su aire caliente chocar con su rostro. Beso cada lunar de su cuello hasta llegar a su espalda donde paso su legua por toda su costilla.

Sus ojos estaban cerrados, gritado su nombre fuerte. Necesitado, sus manos estaban ferradas a la sabana. En su entrado no sintió dolor solo placer estaba listo para él y su enorme pene.

Al momento su cuerpo se hizo para adelante escondiendo su rostro en la almohada. Había entrado y aunque no estaba acostumbrado a un tamaño así.

Fue la hermosa voz que escucho después, Jongin iba rápido. Dando entender que no estaba perdiendo el tiempo en una follada lenta, Kyungsoo lo comprendió porque entre más fuerte más desea de él. 

Su cuerpo se puso tenso, estaba llegado. Jongin fue apretado su cuerpo aruñado parte de su cadera, diciendo que estaba cerca. El sudor estaba ayudado a que sus cuerpos se deslizara rápidos para sentirse como el cielo.

Kyungsoo fue el primero en venirse dejado su seme en la sabana, se dejó caer contra la almohada respirado cortadamente. Con su vita nublada rio, porque estaba feliz Jongin lo había hecho suyo, había probado su cuerpo. Haciendo que Jongin pusiera deseo en el suyo.

Su cadera se movía una con las embestidas de Jongin, hasta que llego llenado su interior. Dejado su última gota, con cuidado salió. Para darse vuelta y caer boca arriba mirado el techo su cuerpo estaba mojado por sudor.

Puso su peso en los codos para mirar bien los rasgos de Jongin, era todo un modelo. Como alguien como el término en las calles, pero algo que estaba agradecido fue con Kris porque sin él nunca hubiera tropezado con Jongin. Y por parte del moreno que fue una buena idea que llegara a su casa.

La otra cosa fue la sonrisa que le dio cuando se miraron, Jongin le gustaba, no solo sexual si no como compañero de casa o amigo. También como el hombre que deseara que lo cuidara y le diera amor todo los días. Jongin pasó su dedo gordo por su frente para apartar las pequeñas gotas de sudor.

—Kyung, tengo hambre.

Quiso reírse por como sonó la voz de un niño, asique rodos los ojos en forma de regaño para levantarse. Buscado su ropa vestirse e ir a la concina hacer algo para Jongin que ahora estaba feliz porque iba a comer.

—Vamos Jongin.
—¡Sí! Comida. —También me puedo comer el chocolate del tazo.

Iba de camino hacia la concina, pasado la sala. No encontró con su hermano o con Chanyeol. Debieron irse cuando escucharon sus ruidos dándole privacidad.

—No, ese chocolate es de Chanyeol.
—Hmmm. —Kyungsoo.
—¿Quieres carne con arroz?
—¡Amo la carne!

Entrado a la concina, Jongin se sentó en la mesa con su pecho aun desnudo. Kyungsoo busco lo que tenía que cocinar.  Estaba con una estúpida sonrisa que se notaba porque Jongin se puso a reír.

—Me gusta tú sonrisa, Kyungsoo.

Quiso aventarle la cacerola, pero lo dejo pasar porque se lo dijo en forma tierna. Lo estaba viendo solo a él, algo que siempre que sea así.