☼ parte dos ☼

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Su viaje a Brooklyn fue increíble; sobre todo porque contenía todos los recuerdos de una época anterior a la guerra. En Brooklyn siempre estuvieron juntos. La mayor parte del tiempo que habían pasado separados había sido cuando Bucky se había ido a la base de entrenamiento.

Pasaron todo el día riéndose y comparando las cosas que habían cambiado con las que no, lamentando la pérdida de increíbles lugares para comer, recordando a un vecino entrometido o a una dulce anciana que siempre les ofrecía dulces incluso cuando las cosas comenzaban a escasear.

Steve realmente pensó que dormiría bien esa noche.

Pensó mal.

Se despertó mordiéndose la lengua cuando un grito amenazó con escapar, los ojos húmedos por las lágrimas, el corazón acelerado mientras el dolor lo invadía.

Lo había perdido.

Había perdido a Bucky.

Había estado justo allí, todo lo que había tenido que hacer era llegar un poco más lejos.

En cambio, había visto a su mejor amigo, el hombre al que había amado desde el momento en que supo lo que era amar, alejarse de él, gritando.

Y no hubo nada que él pudiera hacer.

Las lágrimas cayeron y Steve maldijo cuando se le escapó un sollozo.

"¿Steve?."

Dio un respingo cuando su puerta se abrió y la luz del pasillo cayó en su habitación, proyectando una sombra sobre Bucky incluso cuando entró.

"¿Estás bien?."

Steve tragó saliva, forzando el dolor, pero cuando trató de responder, salió otro sollozo.

Y entonces Bucky estaba allí, una mano cálida y suave, la otra cálida y dura contra su cara mientras trazaba sus rasgos.

"Hey, ¿qué sucede?."

Steve negó con la cabeza y se dejó caer sobre el hombro de Bucky, la firmeza del vibranio era solo otro recordatorio de lo que había hecho. "Lo siento, lo siento mucho."

Las manos de Bucky se deslizaron por su cabello, masajeando suavemente su cabeza. "¿Por qué lo sientes? No has hecho nada."

Steve volvió a jadear cuando la falta de atención de Bucky lo obligó a decir: "Por no sujetarte."

Las manos de Bucky se congelaron antes de jalar a Steve, sus brazos se doblaron alrededor de él mientras sus manos frotaban su espalda de arriba abajo. "Cállate con esa tontería. No había nada que pudieras haber hecho."

"Si tan solo hubiera llegado un poco más lejos...".

"Habríamos caído los dos."

Steve se sentó, deslizándose fuera del agarre de Bucky. "Entonces al menos no habrías estado solo."

Sus ojos se habían adaptado lo suficiente a la tenue iluminación para ver el miedo cruzar el rostro de Bucky. "¡No! ¡Steve!", se atragantó. "Nunca habría sobrevivido a que te hicieran daño. ¿Me entiendes? Nunca". Levantó sus manos a la cara de Steve de nuevo, limpiando sus lágrimas. "¿Cuánto tiempo has estado teniendo estos sueños?."

Steve cerró los ojos y trató de apartar la cara.

Bucky no lo permitió. "¿Cuánto tiempo?."

Steve tragó saliva. "Desde el día que te perdí."

Un sonido de dolor abandonó la boca de Bucky, dejó caer su frente contra la de Steve. "Estoy bien. Estoy aquí. No fue tu culpa y yo estoy aquí."

Steve encontró su mano envolviéndose alrededor de la muñeca de carne de Bucky, la mano que no había podido agarrar, el pulso suave de Bucky debajo de su pulgar. Sintió que su propio corazón se calmaba, igualando ese ritmo. Se aferró, solo escuchando a Bucky respirar, rodeado por su olor y calidez, y lo más importante, sintiendo su mano en su agarre.

Oh, won't you hold my hand? - [stucky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora