~Prólogo~

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Y ahí estaba Ava, en su cumpleaños número 21, debajo de las alcantarillas de Brooklyn, en New York, recordando todo lo que había pasado mientras caminaba sola.

Este día se supone que debía de ser especial, pero fue todo lo contrario, sus padres toda su vida la habían culpado de la desaparición de su hermana cuando apenas estaban bebés, su hermana siempre había sido la perfecta, linda con su cabello rubio y sus ojos hermosamente celestes y brillantes, sus padres la amaban enormemente, era lo contrario a su hermana, ella tan solo era una chica de pelo café y ondulado, sus ojos eran simplemente cafés y por supuesto que sus padres también la amaban, pero no tanto como a su querida gemela, Peach.
Un día cuando ellas apenas eran bebés, Peach se separó de sus padres y se adentró en la parte subterránea de la ciudad en la que vivían, y desde entonces, nunca más fue vista. Sus padres no volvieron a ser los mismos, habían perdido a su ángel y ahora solo tenían a su otra hija en la cual no tardaron en desahogar todo su enojo y tristeza, así fue toda su vida.

En su infancia nunca tuvo amigos, jugaba sola en el receso y constantemente recibía bullying por parte de todos, en su adolescensia la chica pasaba todo su tiempo sola leyendo alejada de todos, sus compañeros de vez en cuando se atrevían a decirle groserías, pero conforme crecía ya no le importaba más y nunca tuvo miedo de enfrentarse a estos para defenderse, gracias a esto también pasaba la mayor parte del tiempo en detención. Su parte favorita de su día a día era al finalizar el colegio, cuando se dirigía al Arcade y pasaba horas jugando en las consolas, era su escape y lo amaba y así siguió aún cuando creció un poco más. Al finalmente graduarse siguió viviendo con sus padres pero intentaba pasar el menor tiempo posible en su "casa" en donde solo recibía violencia verbal y cuando su padre no podía controlarse, física, de vez en cuando trabajaba en una pequeña tienda en la ciudad, no quería depender de nadie, después de esto pasaba el resto de su tiempo explorando la ciudad y sus lugares inusuales como lugares abandonados, vías de tren, lugares debajo de la ciudad llenos de tuberías, y en sus fines de semana visitaba el arcade aunque actualmente ya no estaba tan de moda.

Hoy, el día de su cumpleaños, había llegado a su casa después de haber estado trabajando, estaba realmente cansada, se había comprado un pequeño pastel que pensaba compartir con sus padres, pegada a la caja que llevaba el pastel, había una pequeña nota en papel que decía "Feliz Cumpleaños!!", sinceramente le había parecido un lindo detalle, pero su pequeña felicidad terminó cuando llegó a su casa.

Su padre estaba borracho viendo la televisión en la sala, no sabía donde estaba su madre, le parecía raro ya que ella nunca salía de casa, algo andan mal. Ava puso la caja con el pastel en la mesa mientras su padre no había movido un solo musculo mirando a la televisión con una cerveza en la mano, ella le hechó una rápida mirada a lo que veía su padre, al parecer era un anuncio sobre dos plomeros que al parecer eran hermanos y cantaban una canción sobre su trabajo.

Somos Mario Brothers, plomeros de acción, no hay otros mejores..

El comercial le causó gracia, ni aunque le pagaran haría un comercial así pero, los chicos de la televisión se veían confiados, se notaba que eran buenas personas.

-y mamá?- le preguntó a su padre mientras sacaba el pastel de la caja.

Este no se volvió para mirarla, tan solo sonó su voz ronca y grave, se escuchaba enojado lo cual alarmó un poco a la joven -se fue.-

A qué se refería? A caso su madre..

-la estupida nos abandonó, como tu hermana, al parecer estaba harta de este ambiente y dijo más mierdas más -continuó hablando este para después tonar un sorbo de su cerveza.

-qué le hiciste!?- Lo conocía bien, su madre no se habría ido si no hubiera sido por la culpa de su padre, por su maltrato.

Pero fue una mala idea decir esto, su padre que se encontraba borracho, le gritó como siempre y ella hizo lo mismo ya que no le tenía miedo, pero solo terminó ganándose moretes en sus brazos y uno en su ojo, pero afortunadamente, logró salir del lugar rápidamente, no sin antes agarrar la pequeña nota de cumpleaños que traía la caja y finalmente escapar del lugar que solía llamar "casa".

"𝐓𝐢𝐦𝐢𝐝𝐨?" (Luigi y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora