𝑵𝒐𝒃𝒐𝒅𝒚 𝑳𝒊𝒌𝒆 𝒀𝒐𝒖 || 𝑯𝒂𝒏 𝑺𝒆𝒐𝒋𝒖𝒏

Chapter 58

Después de estar un rato en la azotea con Hyunjin, este me llevó de vuelta a la habitación.

Luego de haberse ido, me puse a pensar. Desde el accidente me siento extraña, siento que no soy yo.

No logro recordar en qué momento tuve sentimientos por Hyunjin ni el momento exacto cuando nos hicimos novios.

Él me contó la historia. Dijo que sufrí acoso por parte de Semi, que nunca fue mi amiga. Al parecer inventó rumores sobre mi, desde entonces él me ha estado cuidando y defendiendo de todo y de todos. Dijo haber sido el único que me ayudó en ese momento, debido al tiempo que pasamos juntos, ambos desarrollamos sentimos por el otro.

Pero lo extraño es que... No siento nada, verlo no me produce alguna sensación fuera de lo normal.

No como aquel chico... ¿Han Seojun era?
Como sea, cada que lo veo el estómago se me aprieta un poco. Debe ser el coraje que le tengo al idiota este.

Me acosté nuevamente en la cama para descansar. Según el doctor, están haciendo todo lo posible por encontrar a un enfermero que esté pendiente de mi en las tardes, para recuperar la movilidad de mi mano.

En eso, la enfermera entra a la habitación.

- Buenas tardes Lim Mi-rae - dice sonriente - ¿Cómo te sientes?

- Un poco mejor - dije - Aunque... Aún no logro recuperar mis recuerdos...

- Tranquila cariño - dijo con dulzura - Debes ser paciente, todo volverá cuando sea el momento.

- ¿Y si jamás vuelven?

- Entonces deberás crear nuevos recuerdos - dijo - Bien, déjame revisar como vas.

La enfermera comenzó a checar todo, mi pulso, latidos y demás.

- Disculpe... - dije - ¿Han podido encontrar a alguien que me ayude con mis ejercicios?

- Lo siento Mi-rae - dijo la enfermera - No tenemos a alguien que pueda ser tu enfermero personal.

- Yo lo seré - dijeron a mi espalda.

Volteé para ver de quien se trataba.

Me lleva la chingada.

- ¿Y tú eres? - preguntó la profesional.

El idiota este se acercó a paso firme. Hizo una reverencia a modo de saludo.

- Han Seojun - contestó - Soy estudiante en práctica.

Ay dios mío.
¿Qué le hice a la vida?

- ¡Oh! - exclamó ella - Así que ustedes son los nuevos empleados.

- Así es - dijo.

Seojun posó sus ojos en mi.
Le di una mirada asesina, en cuanto recupere la movilidad de mi brazo y me saquen el yeso de la pierna. Lo haré levitar a patadas.