PARTE 4

161 13 0
                                    

*POV VEGAS*


     No sé si Tay era consciente de lo que me acaba de decir, pero al demonio, tenía tantas cosas en mente de hacer con él justo ahora, hacía algún tiempo me había dado cuenta de lo que me gustaba divagando por internet , había experimentado sólo un poco con un par de chicos antes, nada importante a decir verdad, solo un par de juguetes, pero no lograba capturar la esencia que quería para ir más allá por el momento, la realidad era que hasta el momento Tay había sido el protagonista de todas las fantasías que pasaban por mi mente, él era como quien si quería llegar más allá de solo un rato de toqueteos.


     - Necesito que seas silencioso, Macao duerme al final del pasillo y escuchar esos lindos labios suplicar es algo que quiero presenciar pero sin despertarlo, ¿Entiendes? - Estaba utilizando su corbata para amarrar sus manos a los barrotes de mi cama, lo ví asentir con la cabeza. - Quiero palabras Tay, palabras, cuando te pregunte algo quiero palabras o me voy, no sonidos incoherentes, no movimientos de cabeza, palabras. - Ví en sus ojos cierto temor y su labio inferior temblar. - ¿Entiendes lo que quiero Tay? - Estaba rozando la parte baja de su abdomen cerca de su miembro con mi mano.


     - S... sí - Le sonreí brevemente. - Lo entiendo Vegas. - Volví a sonreírle.


     - Entonces divirtámonos un rato.


     Comencé a estimular su miembro con una mano y a besar sus labios, me separé un instante y él levantó la cabeza en busca de volver a colocar sus labios sobre los míos.


     - Shhh, tranquilo. - Coloque mi mano libre sobre su cuello ahorcandolo un poco sin dejar de atender su miembro con la otra. - Las cosas se van a hacer como yo quiera Tay, tú fuiste el que vino aquí, el que comenzó con esto y lo importante el que me dió barra libre de hacerte lo que quisiera. - Sus ojos parecían reflejar un cierto grado de miedo. - Pero no te preocupes, no dejaremos marcas visibles, por ahora solo quiero escucharte suplicar y probar algunos juguetes que compré por curiosidad.


     Antes de que su miembro siguiera creciendo deje de estimularlo a lo que escuche un pequeño berrinche, saque del fondo de una de mis mesas de noche una caja con algunos juguetes que había comprado hacía algunos meses, tomé algunos, entre ellos uno que estaba impaciente por probar, era un lindo anillo vibrador a control remoto, por lo que había leído haría esto más duradero y agonizante para él.


     Le coloqué un poco de lubricante para que la entrada fuera más fácil y le coloque en anillo, después puse más lubricante sobre mi mano, estimulaba un poco su miembro con la mano que no tenía lubricante y comencé a estimular su entrada con la otra un buen rato hasta que con muchas paciencia lograron entrar después de bastante rato por fin tres dedos sin molestias, fue entonces que me retiré de su cuerpo y lo escuché quejarse.


     - Vegas... - Su voz salió como una pequeña súplica.


     - No seas impaciente solo estaba siendo amable, aún no he comenzado precioso. - Acaricie su rostro y volví a sacar más artículos de la caja, le mostré una bala vibradora en forma de huevo que incluía un control remoto. - ¿Sabes qué es esto? - Asintió con la cabeza, le di un golpe en su miembro erecto.


     - AHHH, mierda. - Se escuchó salir de boca para después apretar la mandíbula y cerrar las piernas.


     - Te dije que usaras tus palabras, palabras, no gestos. - Tomé de la mandíbula con fuerza y lo hice voltear a verme. - ¿Acaso no sabes lo que son las palabras?


     - S.. si lo sé. - Dijo al borde de las lágrimas.


     - Entonces usarla cuando te hablé. - Lo ví tragar saliva y esperar lo siguiente que tenía para decirle. - Bueno... Lo colocaré dentro de tu trasero con una abundante cantidad de lubricante y lo encenderé junto con este lindo anillo que tienes entre las piernas y veremos qué pasa.



*POV TAY*


      Escuchar lo que me haría me dió cierto miedo, pero a la vez era emocionante y excitante lo que podría pasar, eran muchas las posibilidades y la mayoría a mi parecer eran satisfactorias para mí.


     Sabía en cierta manera como se sentiría el uso de la bala, tenía una en casa, sin embargo, solo la había utilizado de forma externa sobre mi miembro como una ayuda extra para venirme, jamás había introducido más de dos dedos dentro de mi culo o mucho menos alguna otra cosa, pero el escuchar a Vegas decir lo que quería hacerme me había hecho desear el poder sentirlo, sobre todo porque al parecer el placer físico estaba planeado para mí.

Lo que pudimos serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora