Sin saber cómo había terminado en una finca cuanto menos curiosa, la joven residente del lugar me había cuidado desde que me desplome. Con mi única cornea intacta fui capaz de percibir todos y cada uno de los rasgo de aquella muchacha; su cabello castaño, aquel peinado asimétrico, la forma de su rostro que daba una sonrisa cálida y una mirada amable, y sus ojos, unos iris tan pálidos como las nubes de una tormenta. Fueron los que más llamaron mi atención, su expresión era un tanto triste y confusa, aquel toque sombrío bajo sus parpados dejaba en claro que algo ocultaba, había algo que carcomía esa sonrisa tan amable.
Torpemente se me ocurrió preguntar, yo era experto en leer la profundidad de las miradas.
—¿Qué escondes?
Ella no pudo evitar verme con asombro, no concebía la idea de haber hecho a un lado la finta de sus movimientos y de haber acertado en su naturaleza turbulenta.
—¿Perdón? —me habló en un tono de confusión mientras una gota de sudor corría por su mejilla.
—¿Qué es lo que ocultas? —adopté una postura más cómoda para proseguir con mis deducciones—. ¿Qué es lo que has visto en éstas paredes que te tiene tan perturbada? ¿A qué le temes? ¿Por qué tus ojos están tan tristes cuando tu expresión es de felicidad? ¿Qué es "lo que sabes"?
Sus manos vacilaron frente a mi rostro, como si hubiese querido darme una bofetada, pero no se atrevió, en cambio decidió ocultarse bajo su flequillo de corte recto. Después de soltar un pesado suspiro se armó de valor para mirarme a la cara de nuevo, esa vez sus ojos eran más firmes, más vivos y tristes, eran más humanos.
—De dónde vengo, qué estoy haciendo aquí, quién soy, y qué fue lo que ocurrió, son preguntas que temo responder, son incógnitas que puedo asegurar saber, solo que no las recuerdo.
Me he olvidado de toda mi vida, así que tal vez ya sea otra persona.
"No lo recuerdo", fue una respuesta que no esperaba. Un poco más tarde me explicó que sufría de amnesia, y que tenía miedo de su versión más dócil, que su "yo" con recuerdos seguramente lucharía sin descanso en su situación, pero ese terror existencial cuajaba sus emociones, por lo que terminaba tomando el camino fácil de ignorar cada descontento a su alrededor y fingir que todo estaba bien.
—Me da mucho miedo mi yo actual, pero no tanto como la idea de pensar que tal vez mi "yo" antiguo o "verdadero" ya esté muerto. Eso significaría que ya morí.
Pensar así sobre la noción de algo pasado es un tanto descorazonador, no puedo figurar el grado de terror que invade su mente cada vez que piensa en su vida antes de llegar al distrito trece y creer ser una persona muerta, alguien totalmente diferente.
Por lo que me contó su círculo social y familiar es muy reducido, apenas cuantificable, así que no hay rastros, relatos ni vestigios de su antigua forma antes de la amnesia ocasionada por su accidente.
Es curioso que justo en este momento haya recordado con tanta exactitud aquel encuentro, siendo que ahora no soy ni capaz de recordar mi propio nombre. Ya no sé siquiera como terminé aquí y que fue de aquella solitaria chica del distrito trece.
Supongo que ahora también soy una persona muerta.
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『••[Miedo y otras historias]••』
Random╰•★★ 𝙾𝚗𝚎-𝚜𝚑𝚘𝚝𝚜 𝚍𝚎 𝚑𝚒𝚜𝚝𝚘𝚛𝚒𝚊𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚌𝚛𝚎𝚎 𝚍𝚞𝚛𝚊𝚗𝚝𝚎 𝚕𝚊 𝚎𝚜𝚌𝚞𝚎𝚕𝚊, 𝚎𝚗𝚌𝚊𝚋𝚎𝚣𝚊𝚍𝚊𝚜 𝚙𝚘𝚛 "𝙼𝚒𝚎𝚍𝚘".★★•╯ ━┈━≫╷≪━┈━ "...𝒷𝓇𝑜𝓉ó 𝒽𝒶𝓈𝓉𝒶 𝒹𝑜𝓃𝒹𝑒 𝓎𝑜 𝓂𝑒 𝑒𝓈𝒸𝑜𝓃𝒹í𝒶, 𝓅𝑜𝓇 𝓅𝓇𝒾𝓂𝑒𝓇𝒶 𝓎 ú𝓁�...