Hace tres días desde que Damon le dio la mortalmente enfermedad -palabras de él- que corresponde al nombre de Gripe. Ravenna estuvo a su lado, no tanto por gusto, sino porque no tenía opción. Por un momento olvidó la astucia de Merlín: cada vez que ella se encontraba a cierta distancia de Damon, él empeoraba. Se dieron cuenta de esto cuando Ravenna se fue con Alec por dos horas y Damon empezó a sudar sangre, obligando a Stefan a arrastrarla de vuelta para hacerse cargo del vampiro resfriado. Al final, Ravenna decidió llevárselo a su casa.
Pero ahora, después de ese trago amargo para Damon, las cosas volvieron a la normalidad y regresaron a la casa Salvatore.
—Fresco como lechuga —dice Damon, estirando sus brazos.
—Yo necesito vacaciones de eso. Nunca pensé que podrías ser más molesto, pero te subestimé —dice Ravenna, acostada en el sofá.
—No seas grosera, que todo eso fue por tu culpa —le contestó Damon con el ceño fruncido.
—No, no, no. También es tu culpa. ¿Tu mamá no te dijo que no aceptes bebidas de extraños?
—¡Pero eras tú! —dijo Damon incrédulo.
—Bueno, pero Merlín no.
—Cállate y acepta que te equivocaste.
—Nunca —dice Ravenna, cruzando los brazos. Ambos se miran desafiantes.
—Ya basta los dos. Sigamos con lo de Klaus —interviene Stefan, ya enfadado de ellos.
—Quiero ayudar a Stefan y estos días, por lo que he visto, han estado muy ocupados.
Ravenna hace un recuento de lo que le ha contado estos días tanto Elena como Stefan. Cómo Elena fue con Katherine a preguntar qué quiere Klaus con ella, la historia de la maldición y la trágica muerte de la bella Rose, mucho para solo tres días.
—Así que hay perros grandes en el pueblo —agrega.
—Lobos, Ravenna, lobos.
—Es lo mismo. Pero ahora, ¿qué sigue?
Stefan suspiró y los miró con duda. —¿Qué sucede? —le preguntó Ravenna.
—Elena se va a molestar, pero no tenía opción —dijo Stefan, mirando sus manos—. Le hablé a John Gilbert.
Damon procesó la información por unos segundos, tratando de no molestarse más de lo normal con su hermano menor, ya que fue quien se encargó de todo durante estos días. Pero acababa de confirmar que a veces Stefan no piensa muy bien las cosas y actúa por impulso.
—¿Volviste a traer a John Gilbert? —preguntó sin creerlo—. ¡Ese fue tu gran plan para salvar a Elena!
—Salí a buscar a Isobel y en su lugar lo encontré a él. Dijo que podía ayudarnos y estamos desesperados —respondió Stefan, moviendo sus manos para enfatizar su respuesta.
ESTÁS LEYENDO
IRA / 𝐃𝐚𝐦𝐨𝐧 𝐒𝐚𝐥𝐯𝐚𝐭𝐨𝐫𝐞
Fanfic𝑳𝒐𝒔 𝑺𝒊𝒆𝒕𝒆 𝑷𝒆𝒄𝒂𝒅𝒐𝒔 𝒄𝒂𝒑𝒊𝒕𝒂𝒍𝒆𝒔 𝑴𝒖𝒄𝒉𝒐𝒔 𝒂𝒏̃𝒐𝒔 𝒂𝒕𝒓𝒂́𝒔, 𝒎𝒂́𝒔 𝒅𝒆 𝒍𝒐 𝒒𝒖𝒆 𝒑𝒖𝒆𝒅𝒆𝒏 𝒄𝒐𝒏𝒕𝒂𝒓 𝒍𝒐𝒔 𝒉𝒆𝒓𝒎𝒂𝒏𝒐𝒔 𝑺𝒂𝒍𝒗𝒂𝒕𝒐𝒓𝒆, 𝒆𝒙𝒊𝒔𝒕𝒊𝒆𝒓𝒐𝒏 𝒖𝒏 𝒈𝒓𝒖𝒑𝒐 𝒅𝒆 𝒔𝒊𝒆𝒕𝒆 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏�...