¤ Capítulo 2 ¤

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Zeus.

La autopsia dice que mi hijo fue envenenado, le dieron una gran cantidad de veneno en un jugo que estaba tomando.

Sus hermanos menores de edad están devastados, yo al contrario ya me estoy llenando de rabia ¿Hefesto envenenado? Dudo demasiado que se haya envenenado el mismo. Hera mi hija del medio está llorando sobre los hombros de Hermes mi hijo menor.

Mi hermano Hades me está haciendo el gran favor de conseguir funeraria. Poseidon y mi padre se quedaron en la fiesta disimulando todo pero echando lentamente a los invitados del jardín de la casa. Mi sobrino Dioniso se está encargando de organizar lo del cementerio.

---Hermes y Hera, vengan conmigo, iremos a la casa--- Mi hermano les pide a mis hijos.

---Papá no queremos ir--- Hera se dirige hacia mi, ya un poco más calmada.

---Obedezcan a su tío porfavor, tengo que llamar a Gisela--- Los abandono y me dirijo hacia el baño para llamar a mi esposa.

Estoy frente al espejo del baño, me lavo la cara. Saco mi celular del bolsillo del pantalón y marco a mi esposa, tarda en contestar pero lo hace.

---Hola amor! Como va lo del compromiso de Apolo?--- Me dice, esta feliz porque la llamé pero no sabe que cambiaría su estado en un segundo.

---Necesito que vengas a Maracaibo, si tienes que poner una excusa en la junta, les dices que se murió un hijo tuyo, pero ven rapido--- Estoy aguantando para no llorar durante la llamada, no la quiero alterar.

---Zeus, como así? No puedo bromear con eso--- Dice en tono de seriedad.

---Diles eso y ya!! Vente urgentemente a Maracaibo--- Luego de hablarle le cuelgo la llamada.

Quizás la dejé confundida pero es mejor eso a dejarla preocupada o desesperada. Gisela  es una mujer que se altera muy fácilmente y no podía angustiarla antes de un viaje largo. Llevamos casi treinta años de matrimonio, tuvimos a nuestros tres hijos, hasta ahora no tenemos nietos y creo que por los momentos tampoco tendremos, teníamos la esperanza de cargar a un hijo de Hefesto ya que era el mayor y era quien podía darnos nietos de primero siendo un adulto ya.

Voy en mi auto, conduciendo despacio, por mi cabeza dan muchas vueltas las palabras del médico "El señor Hefesto Oikogéneia Colmenares, fue envenenado" creo que esas palabras jamás saldrán de mi mente. Quien habrá querido matar a mi hijo? Serían algunos enemigos? Bueno, no creo, los enemigos normalmente los llenan de balas o de apuñaladas.

Estaciono frente a la casa, salgo del coche para entrar a la casa, mi padre está sentado en las escaleras principales.

---Supongo que ya no hay celebración de compromiso--- Le digo antes de sentarme al lado de él.

---Ya todos se fueron hace rato, le avisaste a Gisela?--- Mi padre pregunta mientras observa que me siento al lado de él.

---Le pedí que viniera ya, pero no le dije el porqué--- Deposito un beso en la frente de mi padre.

---Hijo, no imagino que tan difícil debe ser perder un hijo, es algo que jamás desearía que me pasara--- Me dice mientras toma mi mano.

---Tranquilo papá, hasta estoy empezando a creer que mis hermanos y yo somos quienes morirán primero--- Ambos nos reímos y nos damos un abrazo.

Papá se levanta y sube las escaleras. Apolo va caminando por la sala y me levanto para acercarme hacia él.

---Apolo, disculpa que algo como esto dañara tu fiesta de compromiso--- Coloco mi mano en su hombro.

---Tranquilo tío, no es tu culpa, solo pasó y ya--- Me dice para calmarme.

Apolo y Hefesto era muy cercanos, bueno mejor dicho, ellos eran un cuarteto. Dioniso, Apolo, Hefesto y un amigo de ellos, Martin. Siempre fueron un buen grupo a pesar de que crecieron nunca se separaron, me hacen recordar a Poseidon, Hades y yo, no tuvimos muchas discusiones a pesar de ser hermanos, siempre andábamos juntos, nos llamaban los dioses inalcanzables.

O I K O G É N E I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora