Dos Lobas en el Armario

Capítulo 2

[principios rde o sin ikctubre]

Miró con algo de miedo a su madre, que tenía la cara hecha un cuadro y se notaba que estaba tratando de procesar la información recibida. Su cara usualmente radiaba tranquilidad y serenidad, pero se veía que la declaración de su primogénita no la había dejado inalterada.
Tardó unos segundos en volver a tener su usual compostura, segundos que se le hicieron interminables a ambos hermanos, con el menor diciéndole"para qué se lo dices" con la mirada y la mayor poniéndole una mueca. Su madre tragó aire, tocando el puente de su nariz con sus dedos, como si estuviera procesando todo. Le tendió sus manos a su hija, que se mantenía firme a pesar de estar internamente temblando.

- Kouyou, cariño, estás en una edad difícil, es normal tener dudas, pero esto no es más que una mala racha y pronto volverás a ver todo con naturalidad -abrazó a su hija, sin darla tiempo a reaccionar. Añadió- Ya se te pasará esta tontería, y encontrarás a la persona indicada para ti. Ya lo verás, y recordaremos esto como una racha tonta.

La pelirroja se separó de ella un tanto incómoda, puesto que su madre había interpretado las cosas a su manera.

- Mamá, no dudes que encontraré a la persona correcta, es simplemente...que esa persona va a ser una mujer.

Su madre suspiró con pesadez.

- Mira, vamos a dejarlo, hay cosas que están hechas para ser de una manera y ya, no pueden cambiarse sólo porque quieras ser diferente, no, las cosas no van así, mi niña

- Pero mam-

- Shhhh -chistó su madre- he dicho que vamos a dejarlo. Al igual que tú algún día vas a dejar esta tontería de que te gustan las chicas, ahora vamos a dejar el tema, ¿vale? Esto no es nada más que una etapa rebelde, y punto en boca -finalizó la conversación antes de que su hija pudiera protestar. Se miró el reloj, buscando una excusa para irse- Ay, pero que tarde que es, tengo que irme que me cierran el súper. Adiós, os quiero, y, Ozaki, ni se te ocurra decirle está tontería a papá, ya sabes cómo es

Si Kouyou fuera una persona impulsiva, le hubiera echado en cara que el súper no cerraba hasta en dentro de unas horas, y que lo único que quería era irse. Pero no, Kouyou ya era una mujer que a pesar de querer tirarse de los pelos, mantenía una compostura serena y tranquila

- Adiós mamá

Tan pronto como la mujer cerró la puerta, el menor se abalanzó sobre su hermana, listo para echarla en cara que él ya le advirtió de su reacción

- Te lo dije -dijo con tono triunfal, no por saber que su madre era homófoba, si no porque tenía razón en cómo iba a reaccionar- que no era buena idea, que te iba a sacar el tema de que Dios no lo aprueba, y que es una fase, y que-

- Vale, lo pillo, tenías razón, felicidades. -ni estaba de humor para aguantar una reprimenda de ese mocoso que tenía como hermano- Pero al menos yo tengo ovarios para salir del armario y decir quién soy, no cómo tú.

El pelirrojo la miró con enojo, pero trató de mantenerse tranquilo y responder con total naturalidad

- A ver, es que qué necesidad de decirle que soy bi, si sigo pudiendo echarme novia y evitarles un disgusto. No como tú.

Vale, se había pasado, el "no como tú" había sido algo totalmente gratuito que su hermana no merecía. Kouyou se mostró molesta por ella, pero, a diferencia de lo que él esperaba, se rió, cubriéndose la boca con la mano

- Chuuya, por favor

- ¿Por favor qué?

- El único que todavía no sabe que eres gay, eres tú mismo, acéptalo de una vez