➷ four

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Después de que el rubio saliera del aula, Chan continuó en esta ya que quería dejar al menos las medidas de la arcilla en el tubo.

Fue por una cubeta dirigiéndose hasta atrás del edificio donde se encontraba una gran fosa donde preparaban el material para las clases.

Tomando una pala comenzó a golpear la arcilla buscando que esta sea moldeable otra vez.

Lo que rondaba su mente en ese momento era en que concepto haría la escultura de SeungMin, no podía dejarla con solo el rostro de este ya que la idea de proyecto final no podía ser tan sencilla.

Detuvo el movimiento de sus manos y acomodó su cabeza sobre el palo de la pala. Comenzó a pensar en el rostro del rubio, era suave al tacto por lo que podía deducir que se cuidaba bien el rostro o tenía muy buena genética. Sus ojos son grandes en comparación a la mayoría de asiáticos, inclusive sus pestañas, estos quedaban perfectos a la forma de su rostro; sin contar que tiene una nariz de un tamaños proporcional a su rostro, también sus labios rellenos.

—¿Acaso lo esculpieron al nacer? —Inclusive las esculturas más bellas del renacimiento no poseían tan buena estructura facial, siempre al estudiarlas uno se podía dar cuenta de ello. Para el pelinegro era sorprendente encontrar alguien así o tal vez está viendo más perfección de la que realmente hay, no sabría decir pero tendría que hacer un buen trabajo plasmando el rostro del rubio.

La luz del sol comenzaba a llenar el gran campus universitario, eran casi las siete de la mañana. El lugar aún se miraba desierto para ese momento, unos pocos alumnos estaban en el lugar, entre ellos se encontraba un pelinegro caminando de manera perezosa.

Con su mano tapó su boca cuando un bostezo salió de esta, talló sus ojos intentando esfumar el sueño. Los miércoles le tocaba ordenar el aula y preparar un poco de yeso antes de que sus compañeros llegaran.

Ese día se encontraba más cansado de lo habitual ya que se había quedado hasta un poco tarde haciendo el boceto de la escultura, aunque solo comenzó con la forma y sus elementos básicos tardó un poco más ya que quería ser preciso.

Tomó un sorbo de su amado café americano buscando que le brindara energía.

—Buenos días —MinHo apareció a su lado, su buenos días sonó más un "quiero huir" ya que también le tocaba limpiar el aula.

—Hola —respondió sin ánimos. Dando sorbos al café, ya que el más alto también se compraba su americano cada vez que les tocaba asear.

Una vez en el lugar dejaron sus pertenencias en sus respectivos puestos. Los grupos para la limpieza estaban conformados por tres personas, sin contar al maestro, dos más habían llegado los cuales compartían el mismo entusiasmo de estar ahí más temprano.

El pelinegro tomó una escoba para ayudar a Kevin, uno de sus compañeros, a barrer el lugar. A los minutos llegó el último pobre diabla a la condena estipulada para los de escultura como Chan decía que se debería llamar el aseo.

Con la chica llegó también el maestro Lee.

—Buenos días a todos —los alumnos respondieron lo mismo pero con menos ánimo que el mayor. Chan juraba que ese hombre tiene más energía que todos en el lugar aún cuando casi le dobla la edad—. Chan, necesito hablar contigo, acompáñame.

Al frente del salón se encontraba la oficina del maestro por lo que se dirigieron hacia ese lugar. MinHo le dio una mirada confundida al escuchar la petición, Chan solo le dio la escoba siguiendo al mayor.

La oficina no era un lugar grande, era un cuarto con un escritorio y repisas llenas de libros, esculturas pequeñas hechas por alumnos anteriores.

—Toma asiento —indicó el mayor— quería hablar de tu proyecto final. Sé que has tenido problemas de inspiración últimamente, no te pienso alentar con las palabras típicas que dan como si de un momento a otro llegará la idea de tu vida.

positions ★ chanminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora