— ¿ De verdad eres tú... Erick?_ Preguntó la chica con una expresión triste en sus ojos. Lucía nostálgica.
— ¿ Hannah... Jonhson... Correcto?_ Ella asiente con la cabeza atónita.
No estaba acostumbrado en llevarme desepsiones, pero no deseaba que hoy fuera la excepción.
Es entonces, cuando sentí una punzada en el corazón al ver que estaba en lo correcto.
Todos los recuerdos comenzaron a salir a la luz, revoloteando, uno por uno en mi cabeza.
El primer recuerdo que mi mente proyectó, fue cuando solía jugar con Hannah en el parque desde pequeños. Su cabello rubio hacia que el Sol no tuviera el mismo brillo mientras corría; nuestros padres se conocían y sabían que ambos compartíamos una chispa especial, un lazo de amistad inquebrantable. Yo tampoco pude evitar mantenerme en nostalgia a base de todo mis pensamientos que seguían viniendo.
Cantabamos, bailábamos, Dormíamos y comíamos juntos; No había un solo evento en los que excluyeramos a la familia Jonhson. Siempre estaban presentes en todo y asistían con frecuencia a nuestras invitaciones para festejar la navidad, Día de acción de gracias, Halloween etc.
Pronto íbamos a declarar lo que uno sentía por el otro, nuestra relación era más que obvia; pero el destino hizo una jugada injusta, al instante de querer dar el siguiente paso teniendo a penas 10 años.
Y es que, por cuestiones del trabajo de la madre de Hannah; tuvieron que mudarse lejos de Canadá. En ése momento, había perdido a mis padres en ése frío accidente.
La vida fue desabrida para aquel entonces, pero ahora estaba realmente feliz de haber encontrado a mi mejor amiga de la infancia, nada era más importante que eso. No iba a cambiar éste momento por nada en el mundo.
— No, puedo... creerlo...¡ Eres tú!...¡de verdad estás aquí!_ Dijo ella entre sollozos con una sonrisa hermosa.
Sin pensarlo dos veces, la rodeo con mis brazos suavemente y veía como Hannah también hacía que éste momento fuera adecuado correspondiendo mi abrazo.
A medida que el abrazo se hacía más intenso, y la emoción comenzaba a adueñarse de mi ser, la sujeté delicadamente de sus delgadas caderas, y la levanté girando con ella en círculos de manera leve. Para cuándo la solté, el abrazo se repitió nuevamente con más energía.
Las lágrimas de alegría comenzaban a fluir de las mejillas de Hannah. Era reconfortante saber que ella nunca me olvidó y que como yo, había estado esperando a que llegara éste día.
— ¡No puede ser!...¡Pero mírate, cuánto has crecido!_ exclamé mirándola desde arriba hacia abajo impresionado, ya que dejó de ser una Niña, y se había convertido en una adolescente fuerte y determinada.
Veía que Hannah estaba entre sollozos y risas. Lo que me sugería aún más que me había echado de menos.
— Lo mismo digo, Erick ¿ Cuándo te hiciste tan alto? ...Te pareces a Bon Jovi, pero más joven_ Bromeó Hannah limpiando sus lágrimas de felicidad de su rostro, mientras que yo colocaba mi mano rozando mi pulgar suavemente por sus mejillas empapadas a causa de su llanto.
— ¡ Tengo tanto que decirte, tanto que contarte y no sé por dónde pueda comenzar; estoy tan feliz de verte otra vez Hannah! _ La verdad no mentía, no podía contener mi euforia y ella seguía agolpada a mí mediante a un no tan asfixiante abrazo de oso.
Compartíamos tantas palabras simultáneamente, que no permitíamos que el otro se expresara correctamente. Por lo cual no había una conversación formal en todo esto.
— No sabes cuánto te extrañé Erick... pensé, que no volvería a verte_ agregó ella con un tono nefasto.
— ¡¿ Vives aquí, en New York?!_ pregunté desesperadamente.