Alex se tendió en su cama con los pies hacia afuera, apartado de la habitación de Dimon y Alan. Sumergido en los pensamientos más recientes que recorrían en su mente.
Me resultaba algo irónico encontrar a dos amistades el mismo día.
Pero sé muy en el fondo que fué una jugada astuta del mismo destino, y quiero que siga estando predispuesto en darme más satisfacciones que sé, que están por venir.
— Debería ir dormir_ supuse bostezando.
De repente escucho que Alan llama a mi puerta, me levanto para dirigirme hacia a ésta, roté la manivela y abrí.
— Hijo de tu mamá_ cierro la puerta al oír ése insulto súbito.
— ¡ Espera, espera lo siento — Si sigues enojado por lo de el cuarto, no lo resuelvas con agresión verbal. Ni tampoco quiero que recurras a la violencia_ hablé con superioridad.
Alan me arrebató la continuación del habla.
— Antes de que sigas con tu sermón de hermano mayor, tengo que decirte que mañana a primera hora desayunaremos en un café e iremos a la propiedad que compré para mi trabajo_ Informó mientras iba en dirección a su cuarto.
— << Ni siquiera preguntó si estaba interesado en ir >> ...¡ Alan quedé en ver a alguien mañana_ Relativamente el compromiso por el que protestaba, se debía a Hannah.
— ¡Mañanaaa!_ cierra la puerta sin más nada que decir.
— ¿ Cómo puede tan fácilmente dar algo por hecho, sin tomar en cuenta mis decisiones? Pero algo aún más importante ¿ Cómo es que lo permito?_ Dejo liberar un suspiro. No existía el respeto y la empatía entre hermanos, pero es algo que empiezas a sobrellevar con paciencia mediante el tiempo, no era nuevo para mí.
Me acuesto para tratar de conciliar el sueño. Batallé por un rato, hasta que finalmente pude quedarme dormido.
Un nuevo día llega para los recién llegados Patterson, quienes se apresuraban en ingresar a una cafetería, a diferencia de las demás personas que tomaban la línea metropolitana para llegar a sus respectivos trabajos y negocios.
Después de que Alex recorriera un gran tramo de 100 km, se ducha para encontrarse con sus hermanos.
Suena la campanita de entrada en el local cuando lo hicieron.
— ¿ Encerio? Bro... _ dijo Alan con un rostro desvaído similar al de Dimon.
— Me gustan las corbatas de moño, incluso cuando no Han de combinar con mi ropa_ Expliqué con firmeza.
— En ése caso, me alegra de que pienses así; porque empezarás a usar esas corbatas más seguido_Sonríe con malicia en su mirar
—¿ Q-Que... A-Aaa... de qué?_ Tartamudeaba intentado deducir a lo que Alan se refería con éso sin ser más explícito al respecto.
De inmediato, viene la camarera con la orden de los panqueques.
— Aquí está lo que pidieron chicos, disfrútenlo_ Dijo gentilmente, en lo que le servía a todos La taza de café voluntariamente, como parte de su cortesía personal, ya que generalmente no repetía lo mismo con los demás clientes; sabía que estaba en presencia de celebridades .
— Yo, no tomo café_ aclaró Alan ya desayunando.
— Sólo, no le sirva a él, éso es todo _ Ordenó Dimon, mirando hacia su lado izquierdo con una expresión de aburrimiento total. La costumbre que se ve en él siempre.
