Chapter Two

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¡¿Armas de fuego?!


Hannie se encontraba muy ocupada pensando en todo lo que le acaban decir, pero un gran ruido la hizo levantar la cabeza. II Na había tirado la mesita de Yeong Hoon , Hannie pensó que ahí acabaría la discusión, pero ahora era una pelea. Yeong Hoon se levanto haciendo que su cabeza choque en la cara de II Na. La chica soltó un suspiro de asombro. Era la primera vez que miraban a Yeong Hoon golpear a alguien.

—Mierda...—Dijo Hannie antes de acercarse.

Todos soltaron un grito al ver a Hannie sosteniendo su nariz. Había intentado detenerlos y eso provoco que la golearan. Los chicos ni siquiera la notaron, siguieron en su pelea.

—¡Deténgalos!—Grito Hannie haciendo su cabeza para atrás y cerraba los ojos. 

La mayoría de los chicos se acercaron a separarlos, cosa que lograron. Hannie sintió que alguien empezó a limpiar la sangre que salía de su nariz, por lo que abrió los ojos encontrándose con los de Tae Man.

—Se que eres la presidenta.—Dijo limpiando la nariz de la chica.—Pero no cometas esas locuras.

—Gracias, Tae Man.—El chico pudo notar como el rostro de Hannie cambio.—Ahora.

Hannie aplaudió haciendo que todos la miren.

—Ustedes dos.—Apunto a los que habían estado peleando.—Sabemos que no se llevan bien, pero al menos si se van agarrar a golpes que no sea en la escuela y mucho menos en el aula.—Hannie se cruzó de brazos.—¿Sabían que alguien puede salir lastimado? Como yo, por ejemplo. Intente separarlos y esto paso, si no fuera por los chicos alguno de ustedes hubiera acabado muy mal herido. Ahora, dense la mano en son de paz.—Ambos se quejaron.—¡Ninguna queja! ¡Ahora mismo!

Ambos se acercaron muy lentamente al otro. Su apretón de manos no duro mucho. Hannie suspiro a la ves que masajeaba el puente de su nariz, había notado como ambos ponían fuerza en la mano del otro.

—Es el ejercito.—Esas tres palabras llamaron la atención de Hannie.

Tae Man tomo la mano de la chica, jalándola para ir a la ventana. Ambos visualizaron a varios militares bajando se las camionetas especiales. La expresión de la pelinegra cambio de uno de frustración a uno de preocupación, cosa que Tae Man noto, solo le dio un apretón en la mano con consuelo. Hannie todo el día estuvo distraída, sus compañeros lo notaron, pero un que le preguntaran ella nunca les diría. No por no tenerles confianza, sino por el hecho que a ella no le gustaba hablar de como se sentía.

—¿Qué gustas de cenar, Hannie?—Pregunto su hermana entrando al a vez que ambas entraban al departamento.

La respuesta de la menor fue interrumpida por un exquisito olor proveniente de la cocina, ambas se miraron confundida, pero luego se acercaron para ver.

𝐁𝐑𝐔𝐓𝐀𝐋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora