-┊Park Hannie, estudiante de ultimo año de secundaria. Era seria, neutral, sus compañeros hablaban con ella, aunque nunca la habían visto, reír, sonreí e incluso llorar.
-┊Pero eso cambiara cuando les dicen que harán un trabajo militar para ganar pu...
—¿Dónde, Chi Yeol?—Pregunto la presidenta acercándose a el.
—Por ahí.—Apunto por donde había venido.
—Tomen sus cosas.—Ordeno Hannie colocándose su casco.—Nos vamos.
La pelinegra estaba tomando su arma cuando escucho que So Yeon no acepto la ayuda de Jang Soo.
—No seas testaruda, So Yeon.—Le dijo la chica tomando el arma que le pertenecía a el chico.—Jang Sool llévala, y no quiero ninguna queja So Yeon.—Su amiga hizo una mueca de dolor.—Tu herida empeorara si caminas.
—Como digas, Hannie.—La contraria acepto.
Con ayuda de las chicas subieron a So Yeon en la espalda de Jang Soo, mientras Hannie cargaba dos armas con ella.
—Esperen.—Las chicas observaron a a Soon Yi.
—¿No vienes?—Le pregunto So Yoon antes de seguir caminando.
—Si quiero.—Respondió ella sin levantarse.—Pero me duele tanto la rodilla que no puedo dar un solo paso.
—Oye, deja de ser un bebe.—Le reclamo So Yoon molesta.
—En verdad duele.—Dijo con un pecho su amiga.
Hannie actuó como ella creía que era correcto. Como pudo corto un poco de la parte baja de su blusa escolar, para su suerte no dejo muy corta su prenda puesta. Se agacho a la altura de su amiga y coloco la tira de tela alrededor de la herida que se encontraba en su rodilla.
—Llevare a Soon Yi entonces.—Dijo Chi Yeol mientras Hannie se levantaba del suelo.
—Eres demasiado débil para llevar a alguien.—Tae Man lo detuvo.
La pelinegra observo como el chico se agachaba a la altura de su amiga, dándole la espalda.
—Deja de preocuparte y sube a mi espalda.—Le dijo Tae Man.
La presidenta solo puso obsérvalo con una pequeña sonrisa, se había enamorado de alguien amable. Ella miro el paliacate que adornaba su brazo derecho.
—¡Bien!—Aplaudió llamando la atención de sus compañeros.—Guíanos Chi Yeol.
Todos comenzaron avanzar, menos Hannie la cual observo la camioneta volcada, tomo una piedra y se acerco al auto.
—Iba hacer lo mismo.—Soltó una risa al ver que pensó igual que Young Shin.
La presidenta empezó a pasar la piedra por el metal del auto, logrando un ruido chillante entre medio. Al finalizar su objetivo, el cual era dibujar una flecha por donde se estaban yendo.
