La historia nos pone en la piel de Leon Scott Kennedy, sobreviviente del desastre vírico que destruyó a Raccoon City, convertido ahora seis años después de este suceso en un agente del Servicio Secreto de los Estados Unidos enviado a una zona rural...
La historia ha permitido que Leon y Ashley se reúnan al final del Capítulo 21, pero por poco tiempo.
De verdad, a esta chica le hace falta una pulserita con localizador o algo, porque la secuestran más que tu tía Maricarmen cuando va al pueblo y se empeña en que estés todo el día con ella y... ¿qué? Ah sí, hay que seguir, hay que seguir.
Ahora ya podía ir al este, al cruzar una gran puerta, en el pasillo habían unos hongos, esos atacarán a Leon, serian los primeros novistadores que se ven. Se trata, básicamente, de insectos gigantes. Son débiles pero muy rápidos, y mueren al instante con granadas cegadoras, igual que las plagas.
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El portón está de adelante estaba cerrado, saltó por la barandilla izquierda, allí aparecieron otro par de enemigos, En la próxima sala, avanzó hasta la planta baja teniendo cuidado de los insectos. Debía tener Ojo porque algunos cambiaban de color y se camuflaban. Cabe destacar que vale la pena matarlos a todos porque suelen dejar munición y tesoros.
Al nordeste Daria con enemigos y una manivela que debería activar. Regresó a la planta baja y subió por la escalinata sur. Aparte de enemigos y recursos, tenia otra manivela que activar para poder cruzar el rastrillo al este. Al llegar al puente debía disparar a los contrapesos a la derecha e izquierda para bajarlo. El izquierdo estaba bastante bajo, debía moverte al balcón norte para poder disparar.
Al bajar el Puente, quedaba el camino despejado a una puerta, Al cruzarla estaba en una sala con ganados y dos garradores.
Como recordatorio, esos monstruos eran completamente ciegos.
Leon espero a que los ganados llegaran al pie de la escalera para lanzar una granada para acabar con ellos. Se agacho lentamente y los garradores comenzaron a buscarlo. De la primera planta bajaron más ganados, Donde Leon acabó con ellos rápidamente, para que los garritas no le pillaran. En el lugar habían varias campanas repartidas por el escenario, si les disparaba, los monstruos irían tras el sonido por ser ciegos.
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