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•₊˚。capítulo 5
— el cuidador

•₊˚。capítulo 5— el cuidador ♡

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Nyx Hackett.

Vinieron dos elfos de aspecto monstruoso, que me trataron con brusquedad y me encerraron en el baño bajo un montón de hechizos de protección y limpiaron la "escena del crimen" que había dejado en la estancia.

Me miré al espejo del baño, la sangre me manchaba de pies a cabeza, parecía una recién nacida. Entre arcadas y ganas de vomitar, me quité el vestido verde esmeralda. Un golpeteo en el piso me distrajo, me di cuenta de que la varita de mármol de mamá reposaba en el piso.

La recogí, la limpié y la guardé con cuidado en una de las repisas del baño. No pensaba utilizarla, no quería dañarla.

Me di una ducha, me limpié toda la sangre y me puse la ropa limpia que por lo visto era parte del uniforme del C.C.C.P Zillagert.

Lloré toda la noche, quizá dormí unas tres horas interrumpidas por pesadillas o sueños con mi familia que me hacían darme cuenta de que no estaban conmigo. Necesitaba llegar al fondo de la situación, saber si papá podía hacer algo para sacarme de ahí, investigar sobre ese centro Zillagert y todo el asunto. De momento, todavía trataba de asimilar la situación.

Me encontraba llorando, acurrucada, cuando oí una voz.

—Nyx —dijo—, no te ssseguí hasssta acá para oírte llorar.

Me destapé y abrí los ojos de par en par. Ver una serpiente a mi lado me sobresaltó, al mismo tiempo me alegró mucho.

—¡Sally! —exclamé, sorprendida, limpiándome las lágrimas con rapidez—. ¿Qué haces aquí?

—No te iba a dejar sssola —contestó—. Essste lugar esss... rarísssimo.

—No quiero estar aquí —sollocé.

—¿En ssserio? —inquirió—. Asssómate por la ventana. Tienesss una visssta hermosssa.

Le hice caso solo porque ella lo dijo. Me levanté y me acerqué a la ventana, moviendo la cortina negra hacia un lado.

Estaba protegida con el mismo material de las puertas. Cuando acerqué una mano a la reja de protección, esta experimentó una especie de transformación y unas larguísimas púas surgieron de ella. Solté un gemido de dolor al pincharme y me chupé el dedo que sangraba.

La ventana daba a un bosque, veía una pequeña laguna de aguas cristalinas, rodeada de árboles floridos y coloridos. Una familia de tres unicornios blancos pasaron en ese momento.

—Uau... Tenías razón —dije—. Es linda.

Me di la vuelta para mirar a Sally, pero ella ya no estaba a mi lado. En su lugar vi a un elfo y casi me quedo sin aire de la impresión.

Un aura de explosión y fuegoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora