Tres

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Presente

La luz del sol atravesaba el velo de las cortinas, haciendo que Tweek despierte y tenga una sensación de que algo está mal. Se niega a abrir los ojos y tan solo se acomoda un poco en la cama.

Su brazo roza con la piel de alguien y el pánico vuelve a dominarlo. "Por favor que sea Pete, por favor que sea Pete".

Buenos días cariño— Dice Craig, la decepción se siente como si le faltara el aire.

— Buenos días— Responde Tweek.

Aprieta los ojos. "Es un sueño. Es un sueño"

¿Cómo te sientes?— pregunta el de cabellos negros y el menor siente como su cuerpo es atraído por el brazo del otro hacia su cuerpo. Se siente mal, como si de alguna forma estuviera engañando a Pete, incluso si esté le haya cortado la llamada de la noche anterior y lo haya tratado como a un simple desconocido.

— Todavía un poco fuera de lugar— miente Tweek y abre los ojos. La luz brillante que ilumina la habitación ciegan al pelimorado y pone un brazo sobre su rostro.

— Quédate aquí. Voy a preparar algo para tu estómago.— dice Tucker y Tweek siente como el peso abandona el colchón. Al momento de abrir de nuevo los ojos y que estos se acostumbren a la luminosidad del lugar, el chico observa que el de cabellos lacios ya tiene puesta una bata y camina fuera de la habitación.

Tweek solo se queda quieto y decide incorporarse un poco. Descarta la idea del secuestro porque, ¿Qué secuestrador te abraza y prepara algo para el estómago? Ninguno, a menos que se trate de un acosador, pero también descarta aquella idea, ninguno te dejaría un celular a la mano.

Echa un vistazo más detallado a su alrededor y puede notar con más detalle el lugar. Las paredes son lisas y de un blanco suave, el piso es de madera y en tonos claros, además de que las cortinas son de un ligero amarillo y no blancas como había pensado. A juzgar por la forma del ventanal, Tweek deduce que esté no era lo que pensaba y en realidad se trataba de un balcón.

Un sentimiento de calidez invade su cuerpo y una pequeña sonrisa aparece en su rostro. A Tweek le gustan los balcones, y mucho. Cree que estos brindan una sensación de libertad y una conexión con el exterior cuando las habitaciones se vuelven sofocantes.

— Honey, ¿De qué quieres tu té?— Grita Craig, sacando al menor de sus pensamientos.

Puaj, ¿Té? ¿De verdad? A Tweek no le gusta el Té.

— ¿Tenemos café?— Pregunta Tweek, pero no recibe respuesta. Deduce que el chico de sonrisa de comercial está preparando la bebida.

— ¿Desde cuando tomas café? — dice Craig entrando al dormitorio. En sus manos trae una taza con dibujitos de zorritos bebés y un cordel con una etiqueta que sobresale del recipiente humeante. Un ligero olor a manzanilla se cuela por las fosas nasales del de baja estatura.

"¿Ahora bebo té de hierbas?"

Ahora. "¿Cómo si ahora fuera mi nueva vida? ¿Por qué no me acuerdo de nada?" Pensó Tweek.

— ¿Tweek?— Pregunta Craig, extendido la taza hacia el pelimorado — Bébelo.—

 — Gracias, solo que por alguna razón quise beber un poco de café, ya sabes... No dormí bien anoche. — finge una sonrisa.

Craig le mira con escepticismo y coloca sus manos en las caderas.

— Te conozco por seis años y jamás te he visto tomar una gota de café.—

afterglow. 𓉸ྀིDonde viven las historias. Descúbrelo ahora