Uno

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Goteo, goteo, goteo...

El sonido de las gotas cayendo con ímpetu en el lavabo generaban un notable eco, haciendo que Tweek se percatara del ruido.

Goteo, goteo, goteo...

La intensidad de aquel patrón comenzaba a irritar el oído del chico; su cuerpo comenzó a moverse y empujar ligeramente a la persona que estaba a su lado para que acabara con dicho sonido.

Goteo, goteo, goteo...

Repitió aquel movimiento un par de veces, esperando a que Pete se levantara y apagara aquella orquesta de sonidos tan molestos.

Goteo...

Tweek se tensó y dejó de empujar; la cama donde estaba descansando se sentía un poco incómoda, además de que las sábanas parecían ser de una tela rasposa, contrarias a las suaves y cálidas que siempre había tenido.

Goteo, goteo..

Tweek apretó con fuera la tela que cubría su cuerpo. Un ligero aroma a ¿Vainilla? inundó sus fosas nasales, producto de las sábanas, y reemplazando el característico lavanda que siempre habían tenido.

Miedo

Tweek tenía miedo. Llevó los brazos alrededor de su cuerpo para hacerse bolita. "Seguro es una pesadilla ¡Por supuesto!" Tomó varias respiraciones lentas y profundas tratando de calmar sus nervios y volver a dormir.

Goteo, goteo...

Tweek no podía conciliar el sueño. Los pensamientos martilleaban su cabeza, haciéndole tener un revoltijo de emociones para nada agradables. "Es solo una pesadilla" Se repitió a si mismo. "Una pesadilla de la que pronto voy a despertar."

Goteo...

Aquel mantra logró calmarlo por unos segundos, pero entonces, un brazo se colocó alrededor de su cintura y fue atraído hacia el cuerpo que estaba atrás de él.

No era Pete.

El aroma que siempre desprende su novio era fuerte; el jabón y lociones caras que utilizaba, hacían que tuviera un olor amaderado. La persona en su espalda olía a algo más suave. Menta ¿Quizá?

Por otro lado, Pete jamás lo abrazaría mientras duermen. La actitud un poco fría del azabache y citando al cansancio que tenía al llegar del trabajo, hacían que esté pidiera su propio espacio para descansar a gusto, incluyendo la hora de dormir. Es así que ambos dormían alejados el uno del otro. Siempre era así.

Goteo...

Tweek tomó dos respiraciones profundas antes de abrir sus ojos. Su vista tardó en acostumbrarse a la luz tenue y débil que la Luna brindaba al lugar. El ventanal que estaba a unos pasos de la cama estaba abierto, dejando que el viento trazara su camino al interior y moviera las blancas cortinas que decoraban la habitación.

¡Imposible! En su departamento no había un ventanal de ese tamaño, no dejaban la ventana abierta y mucho menos tenían cortinas en ese tono. Pete odiaba que cualquier tipo de luz se colara al cuarto y perturbara su descanso, por lo que sus cortinas eran siempre en tonos oscuros y opacos.Su mirada bajo al brazo que estaba rodeando su cintura. La piel lucia más blanca de lo normal a causa de la Luna. Una pulsera en color negro adornaba la muñeca del extraño con un decorativo en forma de astronauta. Su ritmo cardíaco comenzó a subir, haciendo que sus latidos se volvieran más fuertes y temiera que estos fueran escuchados.

"¿Me matará? ¿Me golpeará?"

Tomó otra respiración, esta vez un poco más profunda y poco a poco se fue girando, alzando la cabeza para ver el rostro de quien lo tenía apresado.

afterglow. 𓉸ྀིDonde viven las historias. Descúbrelo ahora