Leosagi Drabbles

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          Dedicada a oCS_Artky

          "¿Podrías hacer uno basado en la canción Helpless? En cuanto a quién, creo que a tu Usagi le quedaría muy bien la letra."

          —¿Escuchaste sobre quien vendrá hoy?

          —¡Uno de los protegidos de Big Mama, claro!

          —Me pregunto a quién habrá elegido esta vez...

          Los chismes corrían por todo el salón con entusiasmo.

          Ni más ni menos, uno de los Hamato acompañaría a la anfitriona de la fiesta esta noche, pero nadie estaba seguro de cuál exactamente: algunos esperaban que finalmente Miguel Ángel debutara, otros esperaban al mayor, Rafael, mientras que otros discutían entre los gemelos Donatello y Leonardo.

          Usagi, que estaba charlando sobre cualquier cosa con su grupo de amigos, escuchó a medias las apuestas y argumentos a su alrededor.

          Claro que esta no era la primera vez que accedía a ir a una de las pomposas fiestas de Big Mama (era un ex-campeón del Battle Nexus), pero como casi nunca se tomaba las molestias de aceptar, solo había coincidido una vez cuando ella llevó a Rafael. Entonces, a pesar de su admiración y respeto por todos los logros del clan, no estaba tan emocionado como para cuchichear también; simplemente saludaría por educación a cualquiera de los hermanos que se presentara y seguiría con sus asuntos.

          Los minutos pasaron, la emoción creció,  y todo mundo pareció contener la respiración cuando la mujer de la noche y su protegido aparecieron al fin.

          Usagi solo volteó porque sus compañeros también lo hicieron, pero a diferencia de ellos, que se decepcionaron porque habían apostado por Miguel Ángel, no pudo apartar la vista.

          Máscara azul: Leonardo.

          Y oh, había escuchado tantas cosas sobre él, desde su pequeño espectáculo en el Nexus hasta haber ayudado a derrotar a Shedder y posteriormente haber llevado a su equipo a la victoria contra los Krang como líder, pero nadie le había hecho justicia a como lucía en persona.

          Bueno, no es que eso hubiera sido posible, porque ahí estaba Leonardo Hamato, segundo hijo mayor de Lou Jitsu, y resplandecía con su encanto a todo el salón.

          Desde su sonrisa orgullosa hasta su forma de caminar, pasando por su traje elegante y sus tan, tan preciosos ojos puros como la obsidiana refinada, el chico se paseó del brazo de su compañía repartiendo saludos y risas a todos los invitados que parecían ser de su agrado.

          Entonces, en esas, su mirada se posó en él por un segundo y le guiñó un ojo.

          Está bien, Usagi tenía un crush.

          Su cara se puso roja y tomó un trago para calmarse, pero ya no pudo prestar atención a lo que hablaba su compañía. En cambio, a cada rato estaba volteando a ver al chico de reojo, preguntándose si tendría alguna chance si le hablara.

          Al final, en un acto de valentía, o impulso más que nada antes de que se arrepintiera, se disculpó con sus amigos apenas lo vió solo y prácticamente caminó derechito a su dirección sin disimular mucho.

            Respira, Usagi. Tu puedes.

          —Uhm.

          Leonardo, que estaba comiendo algún que otro bocadillo mientras veía a las parejas bailar en el centro, se fijó en él y le sonrió.

          —Hey, conejito. ¿Se te ofrece algo?

          Conejito.

          Por favor, por favor que sus orejas no hayan reaccionado a eso o se tiraría de la ventana más cercana.

          —Leonardo Hamato, ¿cierto? — comenzó con toda la confianza que pudo reunir— tu familia y tu hicieron mucho por todos nosotros... yo, quería agradecerte en persona, como el líder, por todos sus servicios

          Hizo una leve reverencia y el chico lo miró por unos momentos, notablemente sorprendido, antes de reír con un apenas tinte rosa en sus mejillas.

          —Bueno, ya sabes,— dijo, encogiéndose de hombros— si es por chicos lindos como tú, entonces vale la pena.

          Desvío la mirada y tomó una raba de las bandejas, dejando que las palabras se procesen en su mente por un segundo hasta ponerse rojo a más no poder.
       
          Está bien, Usagi tenía un gran crush.
 
          Dioses, había coqueteado con él. Eso significaba que tenía una oportunidad, ¿cierto?

          No podía decirle eso y esperar a que no se ilusione.

          —...¿Quieres bailar?

          Leonardo terminó el bocado y su sonrisa se expandió.

          —Claro.

          Solo podía rezar a conseguir su número al final de la noche.

          Si, sabía que había venido únicamente para volver a ver a sus compañeros del Nexus, pero se alegraba tanto de haber accedido. 

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          Siento que esta idea no daba mucho en el formato drabble, así que lo siento si el final no convenció de del todo, pero espero que aún así les haya gustado(¿