Epílogo

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─ Mamá, papá, miren – Lilith corrió señalando la pequeña ardilla que huía a un árbol.

El otoño cubrió la ciudad de Siena, los árboles se tiñeron de un rojizo y amarillo, junto con el friolento aire que llegaba revoloteando los cabellos de la gente.

─ Deja ya al pobre animal – le contestó Lissa con una sonrisa.

─ Ugh, quería llevarla conmigo. Se ve tierna pero, ya qué... Vamos a comprar un té de cereza, es muy famoso estos días. – regresó con los mayores y los arrastró tomados de la mano.

─ Deberías dejar de seguir las tendencias en internet. Últimamente pides muchas cosas – comentó Alec checando su billetera.

El dinero no era problema, el problema era que consentían mucho a Lilith y eso traía consecuencias.

─ Recuerda que olvidé traer el dinero que planeaba traer – mintió esperando que la niña no se enfadara.

Esta le miró rodando los ojos.

─ Puff... Bueno, seré gentil. Vamos por ese té y luego vamos ha ver a mis hermanos.

─ Nicolás dice que quiere darnos una noticia. Espero que sea algo bueno.

─ Estoy seguro que sí, amore, Nicolás es alguien responsable. Las malas noticias las esperaría de Liam – la última oración la dijo en voz baja.

Lissabeth se rió negando con la cabeza. Después de pasar por una cafetería cercana y conseguir el té deseado de Lilith, salieron al encuentro de Liam y Peter. Ambos a lo lejos llegaron conversando alegremente hasta que su plática se vió interrumpida por una Lilith emocionada.

─ ¡Peter, Liam! –los llamó en un grito desde el otro lado del parque, salió corriendo hasta llegar a los brazos del primer mencionado– Te extrañé mucho Peter.

─ Yo también los extrañé Lilith. –dijo en voz baja con una sonrisa.

Se avergonzó ligeramente cuando vio llegar a la pareja tomados de la mano. Lissabeth también se emocionó y abrazó fuertemente al azabache.

─ Me alegra tanto verte después de tiempo, escuché que te va bien en la nueva discográfica. Estoy feliz por ti –expresó con felicidad.

Peter esbozó su sonrisa más alta, cómo un niño elogiado por hacer algo bueno.

─ Gracias Beth, esto no hubiera sido posible sin ti. –luego se dirigió a Alec quién miraba sobre todo a Lissa– es un gusto verte otra vez Alec –saludó desde lejos.

Aunque había cierta incomodidad, se acostumbraron a su presencia, sin embargo, era extraño para ambos lados convivir abiertamente. Aunque esa incomodidad se alejaba conforme las horas y el ambiente hasta que las risas se hacían.

─ Digo lo mismo, Peter.

─ Si, si, muchos saludos con él. ¿Qué necesita Nicolás? Incluso para llamarnos en un día libre y llegar tarde –habló luego Liam soltando un suspiro exagerado.

─ No sé nada. Me dijeron que había estado ausente un mes de su puesto y que pocas veces llegaba a la empresa –comentó con preocupación– espero que no le haya pasado nada malo.

─ Estoy intacto y más que bien –una voz conocida habló a sus espaldas.

El grupo giró sus cabezas en dirección proveniente de la voz. Encontraron a un Nicolás vestido con un traje algo anticuado pero elegante. Lo que estaba fuera de lugar era una silueta femenina colgada a su brazo.

Una joven tal vez, más de dieciocho. Con un cabello castaño miel, vestía un vestido blanco algo vintage con unos tacones altos. Destacaban mucho por su vestimenta formal.

LUCID DREAM | Alec V.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora