LUCID DREAM | Alec V.

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─Les pediría que dejasen tranquilos a
mis amigos -pronunció haciéndose notar.

Aunque por dentro estuviera muriéndose del miedo, no lo demostró. Atravesando por las paredes en llamas hasta Amun que estaba tirado en el suelo a punto de quitar su cabeza.

Entonces lo que parecían ser los guardias de esos tres hombres se acercaron en advertencia a la mujer de cabellera negra. Tres hombres; el de en medio era morocho que en cuanto le miró puso unos ojos curiosos, un rubio casi platinado con mirada exasperante y otro de cabellera café, todos tenían el cabello hasta sus hombros.

─Pero que tenemos aquí... Una linda chica, no pareces de estos territorios querida -habló el de cabellera negra.

Se fijó en el emblema que llevaban colgando en su cuello, una gran V de cadenas de oro. Supuso que serían el temido Clan Vulturi.

─Exactamente no lo soy -afirmó, se apresuró a seguir hablando cuando los vampiros con expresiones siniestras se acercaban- perdón, mi nombre es Lissabeth Bartholy, señores Vulturi.

─Bueno Lissabeth, ¿tienes algo que ver en esto?

Negó a las palabras del líder.

─He escuchado mucho sobre ustedes, me he memorizado las reglas que han puesto y es admirable la forma en que manejan a los vampiros lejos de los humanos de cierta forma. Sin embargo, sus masacres a otros territorios son igual de alarmantes -soltó expresando su pensamiento.

─¿Quién crees que eres para cuestionarnos? -vociferó molesto el rubio.

Agachó la mirada algo intimidada pero se mantuvo firme, se mordió ligeramente el labio.

─No era mi intención desprestigiar su trabajo, pero es evidente que estas guerras entre los territorios es algo innecesario. Porque a su vez provocan la muerte de muchos humanos, además de dañar a nuestra raza -el rubio le miró incrédulo.

Por otro lado, el hombre morocho soltó una risota escándalosa, pensó que en cualquier momento le cortarían la cabeza pero se sorprendió cuando el hombre se acercó a ella de manera tranquila.

─Querida me intrigas tanto, déjame ver a través de ti por favor -el hombre rápidamente se acercó extendiendo su mano.

Lissabeth la alzó titubeante meditando todo, pero la bajó confundiendo al Vulturi, levantó la mirada y conectando sus ojos con los del líder del clan. Este iba a protestar pero se quedó callado cayendo por una las habilidades de Lissabeth, ella emitió los recuerdos o habladurías que había tenido con Luke pues sabía que su amigo quería pasar lo más desapercibido por estos. Cuando terminó de ver los recuerdos de la muchacha le miró fascinado con cierto brillo de maldad en él pero con curiosidad y alegría.

─Eres una mujer muy especial. Me intrigas mucho pero tengo necesidad de acabar con ellos -asintió moviendo el pie con inquietud.

─¿No podría dejarlos con vida? Tal vez, su estilo de vida pueda cambiar -insistió.