Prologo

1.9K 48 1
                                    

Prólogo

Alba

*Pasado*

Las brillantes luces fluorescentes me sacan lentamente del oscuro abismo del que llevo atrapada Dios sabe cuánto tiempo. Abro los ojos lentamente para que puedan adaptarse a las luces de la habitación blanca. Un espacio pequeño que huele como si lo rociaran a diario con lejía. Cinco máquinas diferentes están colocadas alrededor de la habitación.

Al mirar a mi alrededor, veo tres figuras de pie en el borde de la habitación, susurrando entre ellas, sin darse cuenta de que aún no me he despertado. Intento concentrarme en lo que dicen, pero no consigo descifrar sus palabras. Sin embargo, puedo sentir el poder que desprenden el gran hombre y la hermosa mujer rubia que está a su lado.

"Mira, Bernal, se ha levantado", le dice la mujer de mediana edad al hombre que está a su derecha. Su voz es melódica, como el canto de un ángel, y es reconfortante. Ya la había oído antes (creo), pero no recuerdo dónde. Sin pensarlo dos veces, sé que puedo confiar en la mujer y en el hombre que está a su lado.

Cuando se acercan a mí, por fin capto su olor, y con el suyo llega el más leve aroma a sándalo y eucalipto. Se me hace la boca agua, pero sé que ese aroma no procede de ninguno de los que están en la habitación conmigo. ¿A quién pertenece?

"Hola, Alba", me dice el hombre de más edad de la sala. Supongo que es un médico por su uniforme. "Me llamo Dr. Rodríguez; ¿cómo te encuentras hoy?", pregunta, mostrando su amabilidad con un tono suave.

"Con mucha sed", balbuceo, con la garganta irritada y dolorida. Me pregunto cuánto tiempo llevo inconsciente en este hospital. ¿Qué me ha pasado? ¿Dónde estoy? ¿Cuántos años tengo? ¿Y por qué no recuerdo más que mi nombre, que sólo sé porque me lo ha dicho el hombre que tengo delante?

La mujer de pelo rubio, cuyo nombre aún no he aprendido, se apresura a traerme un vaso de agua y vuelve corriendo a entregármelo. La mirada de Bernal no se había apartado de mi desde que se acercó observándome con interés poniéndome nerviosa por su intensidad.

"Basta, Bernal", dice la mujer, dándole un golpecito juguetón en el brazo, "vas a asustar a la pobre chica", le dice, luego me mira con una sonrisa, y de repente vuelvo a sentirme tranquila.

"¿Son mis padres?" les pregunto, pero por las miradas entristecidas de sus rostros me doy cuenta de que no. Demonios, ni siquiera nos parecemos. Los dos son dos bombas rubias de ojos azules. No recuerdo de qué color tengo los ojos, pero sé que soy pelirroja porque mi cabello me cae por los hombros y el pecho.

"No, cariño", dice la mujer rubia, de nuevo hablando en nombre de la pareja. O supongo que son una pareja por la forma en que él le pasa el brazo por los hombros posesivamente. "Somos Alfa Bernal y Luna Julia de la manada Eclipse. Recuerdas que eres un hombre lobo, ¿verdad?" Pregunta tímidamente, preocupada por haber revelado demasiado antes de tiempo.

"Sí", respondo después de pensar un momento, intentando recordar las cosas que sé sobre mí. "Sé que soy un hombre lobo. Sé que mi color favorito es el verde y que mi serie favorita es Gilmore Girls. Sé que me gusta la pizza de pepperoni".

"Eso está bien", dice el doctor con una sonrisa, "¿qué es lo que no sabes?". Pregunta mientras coge el portapapeles bolígrafo en mano para tomar más notas sobre mi estado.

"Quiénes son mis padres, de qué manada soy, qué edad cumplo en mi cumpleaños o cualquier otra cosa importante que me diga quién soy". Suspiro, empezando a sentirme derrotada al no poder recordar estos detalles. Mi memoria está borrosa. "¿Cómo saben mi nombre? les pregunto, escéptica ante sus intenciones.

"Te hemos encontrado esto", dice por primera vez el hombre ronco mientras me entrega una pequeña cartera azul con velcro. Al abrirla, encuentro un carné de biblioteca con la foto de una niña preadolescente en el anverso. La niña es pelirroja, del mismo tono que yo, tiene los ojos verdes brillantes, los labios carnosos y rosados y una nariz de botón con pecas salpicadas por la nariz y los pómulos. Debajo lleva impreso el nombre "Alba Díaz".

Rechazando al AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora