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Kirigakure no sato, la aldea escondida entre la neblina, también conocida como la aldea sanguinaria, por su examen de graduación shinobi, donde los alumnos se mataban entre ellos hasta que solo quedaba uno, hogar de los siete espadachines de la neblina y de numerosas e increíbles líneas de sangre, desde el hilo, lava, huesos, entre muchos otros más, era una Nación fuerte aunque algo inestable, aunque todo eso se acabó desde que el mizukage yagura "enloqueció" y dictaminó la guerra contra aquellos con líneas de sangre, llamando los monstruos y adefecios de la sociedad, decidiendo a kiri en dos bandos, el de los shinobis sin líneas de sangre bajo el mandato de yagura, y aquellos con líneas de sangre y que no apoyaban está locura que estaban bajo el mando de la futura mizukage Mei Terumi, este último presentando una desventaja debido a que todo empezó de imprevisto, yagura ejecutó un ataque en masa inicial acabando con un gran número de personas con líneas de sangre, la guerra estaba en su apogeo y el bando de yagura se veía con la victoria, pero el bando de Mei tenía un plan para cambiar las tornas del juego, pero todo eso sería hechado a la mierda por culpa de un nueva nueva pieza en el juego

Era de noche y se podía ver que todo estaba cubierto por una espesa neblina que no dejaba ver a más de unos pocos metros, pero eso no presentaba un problema para los habitantes de aquí, ya se habían acostumbrado y no tenían problemas para orientarse

Pero en la cima de un edificio se podía ver una figura oscura con unos profundos ojos escarlata que brillaban macabramente acompañado de una sonrisa desquiciada mientras veía lo que tenía justo en frente de el

Un grupo de shinobis enemigos matándose entre si

Eran más de 20 personas, ambos bandos usando todo su arsenal, desde ninjutsus, genjutsus, Taijutsu, armas, de todo, con el objetivo de aniquilar a su enemigo, debía ser horroroso, nauseabundo, ver tal demostración de violencia y crueldad haría salir corriendo a cualquier persona común, pero para aquel que se alzaría sobre todos, solo había una cosa en su mente

Hora de cazar

Flexionando sus piernas, acumulando poder en sus músculos inferiores dió un gran salto que trajo como consecuencia un gran retumbar que se escuchó por varios kilómetros, propulsandolo a una gran a altura y dejando el edificio donde antes estaba parado echo trizas.

Todos aquellos que escucharon el sonido de inmediato retrocedieron y se reagruparon con sus compañeros, lo podían sentir algo se acercaba

Y no se equivocaban

Del cielo algo cayó justo donde antes estaban, levantando una gran cantidad de tierra fangosa, agua y ligeros guijarros de piedra. Todos se cubrieron evitando los fragmentos y afianzando su agarre al suelo evitando la caída por las fuertes ondas sísmicas provocadas por la caída del "objeto" según ellos

Pero cuando todo se fue calmando sintieron que algo era diferente, ambos bandos lo sabían, el aire se volvió pesado, su pulso se aceleró, sus pelos corporales se erizaron y lo más importantes

No podrían dejar de temblar

Escucharon la tierra moviéndose, poniendo su guardia en alta en espera a que era de lo que había pasado, pero cuando vieron lo que cayó no era un objeto, sino una persona, más de uno no pudo sino quedar incrédulo, no por que parecía un joven, no por sus heridas y cicatrices, no por su sangre circulando fuera de su cuerpo, sino que ante ellos estaba algo

Inhumano

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