Capítulo 3: Joshua

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Tenía razón. Ese día cambio mi vida por completo. Muchos dicen que las almas gemelas no existen, que el amor a primera vista son puras tonterías. Pero muchas de esas personas no han encontrado a esa persona especial, antes de encontrarla te imaginas un futuro común, ir de fiesta en fiesta y salir con muchos chicos solo por diversión. Pero cuando llega esa persona ves un futuro totalmente distinto, ahora estas tú, pero ya no estás solo, porque solo hay futuro a su lado.


28 de marzo, todo comenzó un 28 de marzo... esta mañana.


12 horas antes...

Estoy en mi cuarto, preparando las cosas para el viaje. No sé qué ropa llevar, la familia de Isabela es de esas familias sencillas, pero me gustaría dar una buena impresión, así que tome ropa variada. Estaba guardando las últimas cosas cuando escucho el timbre. Salgo y encuentro a Isabela con una gran sonrisa en su rostro

-¿Estas lista?- Notaba la emoción en su voz

-Lista-Dije y comenzamos a caminar hacia su casa, su casa quedaba a unas calles de la mía. En su casa sus padres estaban subiendo las últimas cosas al auto, ayudamos a acomodar todo, revisamos la lista para que no se nos olvidara nada, y comenzamos el viaje.

El camino hacia la casa fue muy divertido, escuchamos música mientras el padre de Isabela no hacia acertijos, para comprobar nuestra inteligencia.


-¿Estadísticamente, cuantas personas cumplen años, diariamente?-Preguntó, yo fui la que lo resolvió-Ninguna, solo cumplen una vez por año-Respondí, con un tono de superioridad. -Está bien, está bien, a ver esta... ¿Cómo podrías transportar agua en un colador?-Esta vez fue Isabela la que contesto-¡Congelándola!- Dijo emocionada.


De acuerdo los acertijos no eran tan divertidos, ni tan difíciles pero entretenían que es lo que importa.

-¡Llegamos!-Dijo emocionada Isabela, me acerque a la ventanilla del auto para poder ver. Al final del largo camino de piedra se podría divisar una casa muy linda de dos pisos, estaba rodeada de arboles y flores. Detrás de la casa había un lago hermoso.

En el patio se encontraba la familia de Isabela, al principio me sentía un poco "rara", no sé, estaban todos en familia y yo no soy de la familia. Pero después me di cuenta que son una familia muy unida, muy amable, y me sentí como parte de ellos.

Isabela me invito a recorrer la casa, es una casa muy grande, tiene muchas habitaciones, la verdad ya me olvide la cantidad. Fuimos al patio trasero ... y lo vi, estaba en la orilla del lago mostrándole pasos de baile al hermano de Isabela, es un poco más alto que yo, su cuerpo no es el más atlético, pero es perfecto, su cabello negro cae ligeramente sobre su frente, y sus ojos, negros como la noche. Lo quedé mirando ¿Minutos? ¿Segundos? No lo sé, lo único que sé es que, ese chico no es como los otros, entre nosotros hay una conexión, hay un "algo" que me hace querer estar con él, el resto de mi vida. 

-Tamar... ¡Tamar! -Dijo Isabela, volviéndome a la realidad

-Eh...Si...yo...yo...emm... ¿Qué?-Dije, sonando más torpe de lo que parece

-Te estaba diciendo que él, es el hijo de la prima de mi madre-Dijo y  nos miramos

-Joshua, Mucho gusto-Dijo con una sonrisa tímida

Joshua, Joshua, hasta el nombre es perfecto

-Tamar... Un placer-Dije sonrojada, parecía un tomate.

La tarde paso normal, Isabela insistió en meternos al lago y como no había empacado traje de baño, me puse unos shorts y una remera sencilla. Dios el agua estaba helada, solo a Isabela se le ocurren estas cosas. Intercambie un par de palabras con Joshua, no fueron muchas pero esos pequeños momentos, fueron suficientes para que yo quedara como un tomate. Como la sola presencia de una persona puede cambiarte por completo.

Por CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora