Capítulo 4: El mejor día de mi vida

63 9 1
                                    

Me despertó una pierna contra mi estomago, me estaba dejando sin aire. Mire a mi costado y se encontraba Isabela durmiendo tranquilamente. Juro que jamás había visto una persona babear tanto mientras duerme, hasta ahora. Recordé que anoche nos pusimos a hablar, hacía tiempo no hablábamos, así que esta charla duro mucho.

Trate de estirarme para alcanzar el celular sin despertar a la bella durmiente, el celular marcaba las 6:00 a.m, trate de volverme a dormir pero mis esfuerzos fueron en vano, decidí salir a recorrer la casa, de seguro no iba a encontrar a nadie, ¿quien se levanta a las 6:00 a.m en vacaciones?. Llegue a la cocina y me preparé una taza de leche tibia, he oído en las películas, que funciona para el insomnio.


-¿Tú tampoco puedes dormir?- Una voz me hiso saltar, casi pego un grito, me giro y encuentro a Joshua parado detrás de mí. Lleva puesta una remera azul con una frase en ingles y un pantalón de pijama azul también, el pelo esta despeinado y sus ojos negros me miran fijamente de arriba abajo, fue ahí cuando me sonroje al darme cuenta que llevaba puesto mi pijama, un short rosado junto con una remera con una osita vestida de enfermera que decía "Cuidados intensivos".

-Me despertó la pierna de Isabela que me estaba asfixiando y luego no me pude dormir-Dije tratando de olvidar la situación anterior, el sonrió y se sentó en la mesa que estaba en la mitad de la cocina

-¿Quieres?-Le dije mostrándole la jarra de leche-He oído que sirve para el insomnio- El asintió y serví otra taza.

-Así que... eres amiga de Isabela-Dijo, asentí- Si, fuimos juntas en primaria, luego nos separamos, pero igual seguimos hablando y eso-Dije mientras me sentaba en la silla

-...

-...

-¿Y... sabes qué carrera vas a hacer?- Dije, si sé que es muy tonto preguntarle al chico de tus sueños, en vacaciones, por sus futuros estudios pero el silencio incomodo me estaba matando.

-No lo sé aún, me gustaría hacer medicina, pero no estoy seguro si me conviene-Dijo y enseguida se me vino a la mente una imagen de él vestido de doctor...

-Ahh, si yo estuve mucho tiempo indecisa, hasta que me decidí-

-¿Y por cual te decidiste?-

-Abogacía y contaduría-

-wow, son dos carreras muy diferentes, tendrías que estudiar doble turno y eso sería muy difícil, yo no podría hacerlo.-Dijo con un tono asombrado

-Sí, yo pienso ir a la facultad de derecho y a contra turno estudiar contaduría, yo creo que si le pongo empeño y esfuerzo puedo hacer ambas.-

-Tienes razón, yo soy un poco haragán para estudiar, pero pienso seguir estudiando-

-...

-...

-¿Qué haces en tu tiempo libre?-Preguntó

-Leer, me gusta mucho leer-

-Aaah, yo el último libro que leí fue Voces Anónimas-Dijo y en ese momento ambos reímos

-Sí, yo ya los leí todos, pero no soy muy fanática de esa temática de libros-

-¿Y qué tipo de libros lees?-

-Me gustan las novelas, también los de ciencia ficción-

-¿Ahora estás leyendo algo?-Dijo, noto curiosidad en su mirada

-Sí, "Lazos de Amor" de Brian Weiss- Conteste, es verdad me lo habían recomendado mucho así que decidí leerlo y si, es muy bueno, se los recomiendo.

-mmm...- Dijo entrecerrando los ojos (-.-) ¿Qué rayos significa? No entendí su mirada, pero no pregunte.

-Bueno... declaro que la teoría de la leche tibia contra el insomnio es verdadera, me voy a dormir- Dije mientras me paraba a dejar la taza en su lugar.

-Adiós, nos vemos después, Tamar-Mi nombre suena tan bonito cuando sale de su boca, y otra vez esa mirada...

-Adiós-Dije saliendo de la cocina.


Me despertó el sonido de voces junto con música, me fijo la hora eran 10:45 a.m. La leche de verdad funcionó. Me levanto, me quito el pijama, me quedo como una tonta mirándolo recordando la charla de hace unas horas y sin darme cuenta estoy sonriendo, lo guardo y agarro un short negro y una remera rosada con flores violetas.

Están todos en el patio me dirijo hacia Isabela que está discutiendo con su hermano

-¿Quieres meterte al lago?-Pregunto ella al verme-No, si me sigo metiendo a esa agua helada me voy a terminar enfermando-Dije y en ese momento me di cuenta de que en la orilla del lago hay un bote con remos, fui hasta él, es muy lindo, de color rojo con una inscripción en el.


-¿Quieres dar un paseo?- Otra vez la voz, a este chico le gusta asustarme ¿verdad?, a mi lado estaba Joshua con una sonrisa

-Eeeh...yo...-

-Sisisi- La voz de Isabela sonó detrás de nosotros- Si, queremos un paseo-Dijo muy entusiasmada

-De acuerdo-Dijo él 


El paseo estuvo genial, recorrimos todo el lago. Nunca me había subido a un bote, estaba un poco asustada pero la mirada de Joshua me tranquilizaba, estaba sentada a centímetros de él, no podía despegar mis ojos de los suyos.


Estamos todos alrededor de una fogata, los adultos nos cuentan historias de cuando eran jóvenes, los abuelos nos cuentan como conocieron a las abuelas. Luego el hermano de Isabela se puso a contar historias de terror, yo conté algunas que había leído o escuchado. Estaba tan entretenida que no me había dado cuenta de que solo quedamos Isabela, Joshua y yo. Una fuerte corriente de viento corrió y me hiso congelar de frio, solo tenía la remera, pero no quería ir a buscar abrigo estaba muy entretenida. En ese momento Joshua se levanto y entro en la casa, a los minutos regreso con dos mantas, le entrego una a Isabela, y me envolvió en la otra, me la ajustó al cuerpo para que no pasara el frio y acomodo mis pies en una silla vacía. Ese pequeño gesto hizo que me diera cuenta de lo caballero que es, no solo ese gesto, en todos estos días siempre ha estado ahí para lo que necesito, siempre ha sido muy amable, pero eso no significa que sienta lo mismo que yo, tal vez es amable conmigo por cortesía, nada más, quizás no lo vuelva a ver nunca más. Además ¿Quién se enamora de alguien en una semana? Solo yo. Estos pensamientos me pusieron un poco triste


-Tamar ¿estás bien? Estás muy callada-Preguntó Isabela, ahí me di cuenta de que me encontraba seria mirando al cielo perdida en mis pensamientos.

-Sí, solo estoy cansada, me voy a dormir-Dije levantándome-Okey, yo subo en un rato-Dijo Isabela pero yo estaba ya caminando hacia la casa.


Trate de no pensar demasiado cuando me acosté por que se que eso me haría sentir peor, pero era cierto estaba cansada y sin darme cuenta me dormí.

Por CasualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora