Kyle... Un niño que simplemente no sabe lo que hace, un cabeza hueca para resumirlo, una presa fácil para molestar.
...O bueno, eso era lo que yo pensaba antes de enamorarme de ti...
(Stan x Kyle)
"Esta historia es irreal y grosera.
Los diálogos cel...
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Capitulo 12
Les pregunto... ¿Qué le gusta a los jóvenes actualmente? Salir a fiestas, fumar, beber o tomar sustancias plenamente prohibidas para su edad.
Esas son algunas de las cosas que la mayoría de los muchachos en South Park prefieren hacer antes que algún tipo de actividad productiva o simplemente dormir, pero Stan Marsh no estaba para nada exento de todas estas actividades un tanto "no legales" por decirlo de alguna manera, ya que desde hace un buen tiempo que se había aventurado al mundo del alcohol por diversión y curiosidad, pero un día ya no lo pudo dejar, era oficialmente un vicio.
Algo perfecto para el plan de Clyde y Kenny.
Una fiesta, una fiesta con diferentes tipos de alcohol y también de bajas en este para los que no se emborrachan fácilmente. Así lo planearon y así se llevo a cabo, ya que su plan consistía en lograr una fiesta en casa de Donovan porque sus padres se encontraban fuera de Colorado por unos asuntos de trabajo.
Luego emborrachar a Kyle y Stan para meterlos en un tipo armario, en el cual ambos empezarían a dialogar la situación para tratar de reparar todos los errores que habían ido en contra del otro, ya saben, para poder reconciliar a esos dos, pero en el transcurso de todo esto ocurrió un pequeño error.
Pero... ¿Cómo ocurrió?
Recapitulemos...
-Un día antes de la fiesta-
Después de la charla que tuvo Clyde junto a Kenny para solucionar este conflicto, ambos jóvenes decidieron esperar hasta el final de sus clases e ir directo a comprar decoración así como serpentinas y alguna que otra cerveza, la mayoría para Stan claro.
Una vez compradas las decoraciones y los snacks se dirigieron para donde estaba el hogar del chico de cabello castaño y así organizar las invitaciones, y como no, decorar la casa entera. Fue un duro trabajo, principalmente porque poner las guirnaldas en el techo de la vivienda no era trabajo fácil, la casa tenía unos buenos metros de alto y ancho, pero al fin todo estaba listo, se demoraron por menos unas cuatro horas, pero valió la pena.
—Dios! al fin terminamos!—. Dijo el rubio soltando un pequeño bostezo, aparentemente ya estaba todo completo, bebida, comida, y un par de altavoces, ahora solo faltaba esperar hasta el día de mañana para entregarles las invitaciones a todos los chicos y chicas para que vallan a la fiesta...
-El día de la fiesta-
Todos aceptaron, eran ya las 7:45 cuando las personas empezaron a entrar por la puerta de Clyde, poco tiempo pasó hasta que se vio al chico del pompón rojo pasando la entrada del hogar vistiendo un traje que le había prestado su hermano mayor, Sherlock.
