Te habías levantado para ir al baño, al regresar viste a touya dormido y se te ocurrió subirte arriba de él, pero justo cuando lo ibas a hacer touya despierta.
- ¿Que planeas? - te miró adormilado. Sonreíste - nada.
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Te acercaste a él, lo abrazaste por la espalda y besaste esta.
- así que amaneciste cariñosa - sonrió - ¿Quieres dormir otro rato así? - me gusta más estar acorrucada en tu pecho - comentaste con un sonrojo en tus mejillas. - pues ven aquí y acomodate - palmeó el lado vacío de la cama - asentiste y cuando te ibas a bajar de la espalda de Touya él te detiene. - espera, se me acaba de ocurrir algo - sonrió. - ¿Que cosa? - lo miraste curiosa. - hacerlo en está posición, tú arriba de mí, sabes que me gusta tener el control de la situación, pero quiero ver qué tal te mueves - comentó. Te sonrojaste - ¿Que dices, pequeña? - asentiste tímidamente.
Te levantaste para que touya se pusiera boca arriba y te volviste a sentar en su pelvis, te inclinaste y comenzaste a besarlo. Tus besos bajaron por su cuello hasta llegar a su pecho, repartiste varios besos y alguna que otra lamida. Al llegar a su torso comenzaste a lamerlo hasta llegar a su pelvis.
Tomaste el miembro de Touya y comenzaste a masturbarlo, touya comenzó a suspirar. Comenzaste a lamer y a chupar su miembro, mientras veías como tú novio se retorcía por el placer que le dabas.
- Kaori, pequeña - gimió - ya estaba por venirse, así que lo seguiste masturbando hasta que lo hizo, en ese momento te comenzaste a desvestir y alineaste su miembro y tú entrada.
Comenzaste a entrar y a salir, al acostumbrarte al tamaño te comenzaste a mover.
Touya para darte placer comenzó a masajear tus pechos. Touya se sentó y comenzó a lamer y chupar tus pechos, a lo que no pudiste evitar gemir. Touya al ver el ritmo que tenías se comenzó a mover para penetrarte, tus gemidos se hicieron más constantes, touya se volvió a acostar sin dejar de penetrarte. Al poco tiempo te corriste y lo besaste. Te levantaste y te acostaste a su lado.
- oye, kao - te miró con una sonrisa. - si, amor - lo miraste. - te amo - te beso. - y yo a tí - le regresaste el beso y volviste a quedar arriba de él - oye ¿Te puedo preguntar algo? - Claro, dime - te miro atentamente. - bueno, lo que pasa es que he visto que en películas cuando los protagonistas tienen sexo en la gran mayoría el hombre suele golpear repetidas veces los glúteos de la chica y he notado que tú no lo haces - comentaste - así que - Touya te interrumpió. - ¿Quieres saber por qué yo no lo hago? - asentiste - así que lo notaste... Verás, se que lo hacen por placer, pero yo no le veo motivo por el cual hacerlo. Golpearte lo veo innecesario... Y te pido una disculpa por hacerlo cuando nos conocimos. Me sentí mal cuando fuete impacto con tu cuerpo, fue por eso que me detuve y lo hice con menos fuerza - comentó. - no te preocupes, fui yo la curiosa por aquel objeto, y te pedí que me enseñarás - comentaste. - lo sé, pero aún así - lo besaste. - hay que descansar un rato - asintió.
Ambos se acostaron y se durmieron.
Más tarde
Fuiste la primera en despertar, así que con cuidado te levantaste, te cambiaste y fuiste a preparar el desayuno.
Te encontrabas haciendo el desayuno cuando alguien se encontraba viendote a tus espaldas.
- ¿Qué haces kaori? - te miro "serio" - vine a preparar el desayuno - reiste - me ahorraste el ir a despertarte.
Ambos fueron a la mesa a desayunar
- y no creas que no me di cuenta - dijiste de repente. - ¿De que hablas amor? - te miro confundido. - no te hagas, vi los cigarros en tu habitación - respondiste. - ah, eso, lo siento, pero me resulta complicado dejarlo. - ¿Que te parece si cuando tengas ganas de fumar me llamas y veo la forma de distraerte? - ¿Te refieres a lo que creo que te refieres? - tal vez - lo besaste, terminaste de desayunar. Touya te siguió hasta la habitación. - oye, kao, ¿Cómo te va en la universidad? - me va bien, ya he tenido menos trabajos que me estresen - comentaste al recordar cuando te peleaste con él porque estabas estresada - ¿Y a tí como te va en la agencia de tu padre? - pues bien, no me quejo. Sin embargo, mi padre sigue buscando prometida, ya no se qué hacer para que entienda que no quiero una prometida... Bueno, una que no seas tú... Yo te amo a tí, kaori, no hay nada que cambie eso. - yo también te amo, touya - sonreiste. - lo sé, me lo dices y me lo demuestras. - estaré preparada para lo que se venga - dijiste segura de tí. - justamente no quiero que estés en peligro kao - comentó - cuando me dijiste que Lua te había atacado me moleste y preocupe demasiado - agrego. - lo sé, pero no debes preocuparte, ¿Esta bien? Suspiro - está bien. Al terminar de desayunar recogieron la mesa y fueron a la sala donde conversaron. Más tarde comieron y fueron a la habitación donde se acostaron mirando al techo.
- oye, touya - dijiste sin dejar de mirar el techo. - dime kao - respondió. - ¿Crees que alguna de las prometidas que tu padre escoge nos logré separar? - preguntaste algo preocupada.
Touya se sentó y te volteó a ver.
- no, yo espero que no - respondió - ¿Por qué lo preguntas? - no lo sé, me asusta que nos pongan en nuestra contra o que simplemente te alejen de mí - comentaste con los ojos cristalizados. - hey, no, mírame, no voy a permitir que nos alejen, no voy a permitir que te alejen de mí lado, ni mucho menos que me alejen de tu lado - limpió tus lagrimas y junto sus frentes. - ¿Lo prometes? - lo miraste. - lo prometo - sonrió. - ¿Prometes confiar en mí? - lo prometo, si tú prometes confiar en mí. Sonreíste - lo prometo.
Ambos se besaron. Disfrutando de su compañía. De tenerse el uno al otro. Porque al final de cuentas solo eran tú y él... Solo eran ustedes... Solo él.
