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Los chicos y Casey estaban fuera de ese almacén, escondidos entre las sombras vigilando todos los puntos débiles del edificio.

— Muy bien, repasemos el plan por última vez. — Anuncio el morado teniendo toda la atención de los otros 3. — Yo hackeare momentáneamente la electricidad, lo que les dará a ustedes oportunidad de entrar, ya estando dentro tienen 20 minutos exactos para buscar y traer a Rafael, luego yo apagare de nuevo la electricidad dándole tiempo para huir sin ser vistos ¿Ok?

— ¡Si! — Todos asintieron ante lo dicho por Donnie, el morado fue a una esquina a conectar una laptop y perderse en la pantalla llena de informática.

Casey se alejo para ver mejor el edificio donde tenía encerrado al Omega, sentía el aire un olor desapercibido pero que le indicaba que ahí estaba aún en celo, era un olor no muy feliz si no pesado y deprimente, eso le hizo cerrar sus puños con furia y dar un gruñido de enojo.

— Furioso ¿Verdad? — Eso asustó al azabache quien dejó de lado su enojo para ver quien estaba detrás suyo, era Splinter quien lo veía con serenidad.

— Si. — Fue lo único que pudo decir, estaba cansado en el sentido de que quería que toda esta cosa acabará y no volver a sentir que Rafa se iba de su lado, no asi. Se sentó en el suelo y se tallo los ojos, el mayor lo siguió y también se sentó a su lado.

— Chico, te noto demasiado deprimido ¿Que pasa? — Splinter pregunto de forma preocupada a Casey, quien parecía tener su mirada perdida en toda esta situacion aplastante.

— Yo... No se... Siento que esto es mi culpa, si tan solo no hubiera dejado que Rafael se fuera, el no estaría en peligro. — Se lamento Casey, con sus ojos sumergidos en la desesperación y apenas conteniendo sus instintos de alfa.

— No es tu culpa, ni la de Rafael, fue un evento de malos acontecimientos que nos darán experiencia para el futuro, lo primordial ahora es rescatar a Rafael y ponerlo en un lugar seguro. — Consoló el mayor, pero eso hizo sentir a un peor al alfa puso sus manos en su pelo y lo jalo en un vago intento de alejar esas sensaciones.

— Siento que soy una falla como alfa, siempre me quejo de los alfas y cómo no soy igual a ellos, soy mejor que intento cambiar para bien, pero lo único bueno que ellos pueden hacer es proteger y ni eso hago bien, tampoco las otras cosas, no sé hacer nada... — Su voz se rompía a cada palabra que decia, se jalo con más fuerza el cabello para dejar salir algo de sus desesperó.

— Eso no es cierto, no dejes que los demás te digan lo que es o no un alfa, ser alfa, Omega o beta. Nadie está atado a un paradigma de lo que debe ser, tu eres tú propia persona, no eres otro alfa más, tu eres Casey Jones, un justiciero que arriesga su vida todas las noches en llevar un poco de paz a esta ciudad.

— Antes de... Antes de que Rafael fuera secuestrado... Yo... Yo use mi voz de mando con el. — Se sincero Casey con arrepentimiento en su ser ante el recuerdo revivo en su mente, la rata se sorprendió ante lo dicho pero luego negó la cabeza.

— Eso fue un error pero una grosería al mismo tiempo. — Dijo con franqueza pero amabilidad pero sin dejar de lado su moral. — Creo que tú deberías reflexionar sobre lo hecho.

— Lo sé, fui un estúpido por lo que hice.

— Tu lo dijiste, no yo. — Casey lo volteó a ver extrañado por lo dicho, pero no hizo mayor caso.

— Rafael me odia y tiene toda la maldita razón. Soy un asco como alfa al cotejarlo.

— Eso no es cierto Casey, cometiste un error nadie dice lo contrario, pero no hay que lamentarse eternamente por algo cuando podrías trabajar en el futuro para poder arreglarlo. — Eso le dió ánimos al azabache quien miro esperanzado a la rata.

Entre el Alfa y el Omega|| Casey x Rafael Donde viven las historias. Descúbrelo ahora