¿Quieres ser mi Sugar Daddy? - Preguntó aquel chico que parecía un ángel con su cabello rubio brillante y aquellos ojos azules como el mar.
¿Y que gano yo con eso? - Respondió el chino expectante de lo que diría aquel chico
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✨23/05/23 #1 Hani...
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Carlo
Hace poco llegamos mi hermano y yo a esta nueva ciudad llamada Marbella. Vinimos en especifico aquí por recomendación de un socio que tenemos en Italia, el nos dijo que en esta ciudad abundaban las drogas y corrupción perfecto para el negocio que vamos a hacer, como no podíamos iniciar a vender sin una tapadera compramos un local muy común donde la gente va a comprar muy frecuentemente.
Sin embargo apenas al llegar Toni y yo nos separamos el dijo que iría a pasear para familiarizarse con la ciudad y yo me quede arreglando el almacén, acomode todo de tal forma que se viera como un almacén normal, solo que detrás de una pared falsa estaba todo el mambo tomo unas cuantas horas pero por fin termine — Toni aun no ha regresado —comencé a preocuparme así que lo intente llamar para mi mala suerte había dejado su teléfono en la tienda y no había forma de comunicarme con el.
Tome el BMW que habíamos comprado al llegar a la ciudad con un préstamo, y me dirigí hacia la casa— que igual habíamos comprado con el dinero del préstamo— pensé que estaría en la casa ya descansando pues ya era de madrugada. Llegue a la casa estacione el coche y entre, pero no había rastro de que alguien estuviera ahí dentro quise esperarlo pero el sueño me gano y termine por irme a mi cuarto a descansar.
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Toni
Llegue al KeRule y estacione el coche, entre en la tienda y parecía no haber nadie —¿Y Carlo? ya es tarde para seguir dormido —Iba a entrar en el almacén cuando sentí que alguien me tomo del hombro volteé rápidamente y vi que era Carlo.
—Carloooo!
—Toni.. —Dijo con una mirada de cansancio que nunca había visto.
—Hombre ¿Qué te paso?, Parece como si te hubiera pasado un camión encima —Dije riéndome de su apariencia de zombi.
—No pude dormir gracias a que alguien no apareció en toda la noche —Responde mientras me pega en el hombro como venganza.
Nos reímos junto y entramos al almacén, en cuanto entre me sorprendí, Carlo realmente sabia decorar y hacerlo ver como un almacén normal y corriente.
