2. ¿Estado? Si, el estado de ebriedad.

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11 Padrinos

2. ¿Estado? Si, el estado de ebriedad

La mañana siguiente de la gran final fue una mezcla de confusión y dolores musculares.

El sol entró de lleno por la ventana causándole un fuerte dolor de cabeza aun cuando tenía los ojos bien cerrados. Sentía que el cuerpo le pulsaba de dolor y el sol parecía quemar su cerebro desde dentro.

-Leo, despierta. Leo, debes tomar un avión.

-Cállate boludo, déjame dormir.

Una sonrisilla se coló entre el zumbido en sus oídos. Abrió despacio un ojo para ver a Memo sentado a su lado mirando su celular.

-¿Qué hora es?

-Las ocho de la mañana, el avión sale a las once a Argentina. Apenas te da tiempo de darte un baño y desayunar.

-¿Dónde están los boludos?

Se sentó en la cama no reconociendo el lugar, ahí notó el dolor en la parte baja de su cuerpo y que estaba desnudo.

-Estas en mi habitación, no sé como estarán tus compañeros.

Lionel soltó un profundo suspiro.

-No me digas que vos y yo...

-A pesar de estar alcoholizado estabas muy efusivo y me vuelves loco, ¿qué puedo decir?

Un poco más consciente se dio cuenta que su boca estaba pastosa, que todo su cuerpo estaba adolorido y que efectivamente no era su habitación.

-Ya pedí algo de desayunar, tomate estos para el dolor y ve a bañarte. Yo igual debo volver a México.

-¿Te vas a quedar allá?

-Solo unos días, quiero visitar a mi familia, pero iré a Argentina para antes de año nuevo.

-Tal vez para esos días llegue mi celo.

La mirada que le dio Memo provocó que Leo se emocionara un poco y es que para él, Memo tenía un encanto que lo llevaba a límites interesantes, por eso anoche no pudo evitar, (aunque no recordaba mucho) dejarse llevar por lo sensual que podía ser su esposo, celebrando a su manera la victoria.

-¿Quieres que lo pase contigo?

-Con quien más, tarado.

-Entonces ahí estaré.

Esa mañana Lionel después de estar un poco más en control de si, dejó que Memo lo despidiera ante la vista alegre de todos sus compañeros que igual que él estaban destrozados por la celebración.

Todo era fiesta y alegría gracias a que eran campeones del mundo y los anfitriones les otorgaron un vuelo directo a Argentina en un jet privado junto con todos sus regalos por ser campeones.

Cuando estaba por abordar, Lionel se quedó a despedirse de Memo, prometiéndole que se verían para año nuevo.

Y así fue, Memo llego dos días después de navidad, pero su celo jamás llegó, aun así estuvieron juntos en ese tiempo libre antes de volver a sus deberes como futbolistas.

Lo que Lionel no supo hasta semanas después es que esa noche en Catar no solo se volvió campeón de mundo.

Si no que empezó lo que sería una nueva faceta en su vida.

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