Capítulo 12

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"¿Eh?"

Mona dejó de escribir en su carta astral, sus oídos captaron un ruido extraño que venía de arriba de ella.

"¿Esas estúpidas palomas están comiendo mis Setas filanemo otra vez?", musitó en voz alta, molesta; se levantó bruscamente del escritorio y se dirigió hacia la ventana, cogiendo un largo palo de madera que estaba apoyado en la pared.

"¡Fuera, pestes!", gritó mientras sacaba el brazo y golpeaba ciegamente con el palo.

Un grito le hizo detener su ataque, '¿Qué-?'

"¿Estás jodidamente loca?", un Scaramouche boca abajo de repente descendió sobre ella, haciendo que instintivamente lo golpeara de nuevo por la sorpresa, esta vez en la cara, antes de darse cuenta de quién era.

"¡Por el amor de...! ¡Me asustaste, bastardo! ¿Quién es el loco aquí? ¿Qué demonios haces ahí arriba? ¡Alguien podría verte!"

"Mona, buenas tardes", se escuchó una voz suave desde afuera.

"¿Albedo?", chilló Mona chilló, '¡Oh mierda, oh mierda, estoy condenada! ¡Albedo ha visto a este idiota!', "¿Q-qué en el nombre de las estrellas estás haciendo tú también ahí?"

"Primero me empapas con tus estúpidos poderes de Hydro, y ahora me golpeas dos veces con un palo", gruñó Scaramouche, interrumpiendo cualquier posible respuesta del alquimista mientras daba una voltereta y entraba a la habitación de Mona por la ventana, se masajeó la mejilla dolorida, "Definitivamente estás poniendo a prueba mi paciencia hoy"

"¡Fue un accidente!", ella protestó, "La parte de golpear con un palo, quiero decir"

La voz de Albedo cortó la discusión, "Usaré la puerta, Mona, ¿podrías abrirme, por favor?"

Se masajeó las sienes y suspiró, "Por supuesto, Albedo", se paró junto a la puerta y le indicó a Scaramouche que saliera de su habitación; él prácticamente le siseó cuando pasó por su lado, y Mona puso los ojos en blanco, cerrando la puerta detrás de ambos.

"¿Así que ese es Kreideprinz? ¿Y de verdad eres amiga suya?", Scaramouche se burló mientras ambos bajaban las escaleras.

"Te dije que no miento", se quejó, "Por cierto, ¿por qué no estás contento, imbécil? Por fin has conocido a tu ídolo, así que ya puedes pedirle que te firme el sombrero", dijo Mona con sarcasmo, temiendo en realidad el momento de enfrentarse a Albedo por la presencia de Scaramouche en su casa.

"Déjate de estupideces ahora mismo o si no", gruñó, mirándola por encima del hombro, "Él..." tosió un poco y se detuvo, "No tiene el aspecto que me imaginaba...creía que era un hombre viejo y arrugado, no...", se detuvo

"¿Eh? ¿No sabías que él también es un caballero? ¿Cómo podría ser un viejo arruga...?

"Solo sé de su arte, bruja estúpida, no me importa nada más de él", escupió, "En realidad, podría matarlo en un instante sin ningún tipo de arrepentimiento si termina siendo una amenaza para mis planes"

Mona inmediatamente lo agarró por la parte de atrás de su camisa y tiró con fuerza, haciendo que se detuviera en seco, estaban casi al pie de las escaleras.

"Si tocas a Albedo, te juro que te mataré con mis propias manos, escoria", murmuró Mona sombríamente, inclinándose hacia su oído por encima del hombro.

Scaramouche se giró hacia ella y forzó una sonrisa en sus labios, odiando la forma en que las comisuras de su boca temblaban sin razón aparente.

"No romperé sin pensar la ya débil relación diplomática entre Mondstadt y Snehznaya", se burló, "Y por supuesto, no me atrevería a lastimar a tu preciado príncipe frente a ti, Mona"

Ojos sobre ti [Scaramona]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora