GAVI.
Vamos, solamente toca la puerta. Es Pedri, una noche de sexo no cambia nada. O por lo menos no mucho.
¿Cuántas posibilidades hay en que Pedri no me quiera explicar? No muchas. Supongo.Bueno.
Alcé mi brazo para así tocar la puerta de la casa, esperando por alguna respuesta. ¿ Cómo se supone que debe actúa ahora? Me parece imposible actuar normal, osea, cómo siempre, porque bueno, cogimos, eso no es normal. Tal vez deba actuar neutral, o enojado... ¿Enojado neutral?
Un punto medio, si. Le voy a reclamar y lo voy a odiar por el momento, después supongo que esperaré a que las cosas se calmen. Aunque no estoy seguro de que forma podrían calmarse, la friendzone nunca fue lo mío. A duras penas conseguía citas, mujeres, obviamente. Los hombres nunca en la vida me habían pasado por la mente. Hasta... hasta que pasó, lo que pasó.
Eso,si.— Hola, Gavi.— Pedri se volvió, dejándome pasar, para cerrar la puerta detrás de mí. Mire a mi alrededor, buscando a alguien, pero para que busco?, Es nuestra habitación,claro que no va a ver nadie más.
—¿Estás solo...?— inquirí cauteloso, Pedri alzo una ceja con una sonrisa.
—Sí, pues claro es nuestra habitacion, o no?— contestó, casi en un tono interrogativo. Bueno, es el momento.
—¡Eres un enfermo! ¿Por qué dejaste que, hiciéramos, eso que... No hacen los amigos, gilipollas... Eres, somos... Tu...— debí haber ordenado mejor mis ideas antes de abrir la boca. Pero dios, es que las cosas suenan tan bien cuando las pienso en mi cabeza, y al momento de decirlas, todo es un desastre.
Pedri alzó sus manos en señal de que me detuviera, con burla.
—Tu también pudiste pararlo... Y nol hiciste — se defendió.
—¡Era de noche, pensé que eras un asesino psicópata, no tenía internet, tú tenías que morir primero, gemías "Gavi",llegaste a mi cama y te me tiraste encima! ¡No sabía cómo!— Pedri entrecerró sus ojos y se cruzó de brazos con una sonrisa. Casi pareciera que la situación lo divertía.
—¿Y si me refería a otro Gavi?.... No a ti, Gavira.
¿Que?
¿Otro Gavi? ¡No puede haber otro Gavi en su vida! Si, a veces me trabó cuando hablo, tengo muchos defectos y digo estupideces, lo reconozco, pero soy el único, tengo que ser el único.
—¿ Es broma, no? Yo soy el mejor Gavi que puedes conocer ¿Quien es el otro?
Pedri rio.
—¿Por qué te importa si me estás reclamando?
—Porque... — Suspiré. Reconociendo que discutir el "A cuál Gavi se refería mientras se pajeaba" era algo estúpido y me dejaría cómo celoso. No estoy celoso, solamente soy mejor.
Fácilmente es a mi a quien se refería. No al otro puto chico... (Que ni conozco) Pero, por favor, Era yo. Obvio. — Ya, mi punto aquí es que estuvo mal, Pedro.— En realidad estuvo bastante bien, eh.
— Sí pero... ¡No! No estuvo bien, y no me decís nada de tu enfermedad, o eso que tienes... Y, además, ¿Ahora qué se supone que pase gilipollas?...
¿Vamos a seguir igual?... O como amigos de toda la vida, o como amantes raros en las noches,
¿Así como hombres lobo?...— Pedri me miró confundido.—¿Hombres lobo?...
— Sí, ya sabes. De dia unos y de noche otros, es metafórico.
— Sería más como vampiros...
—¡No! Por eso soy yo el inteligente de nuestra relación.
—Bueno, entonces voy a ser el hombre lobo y tú vas a ser mi corderito.