Gavi.
—¡NO! ¡estás idiota, descerebrado, mal programado, estúpido y de todo si piensas que aceptaré!
¿Pero cómo?... No puedo creer que casi acepto, es que eso está mal. De cualquier lado que lo vea ( y trato de no verlo porque el me gusta) esto no es correcto. O sea, no te puedes andar por la vida así,O sea cogiendo con tus amigos, no,simplemente NO PUEDES.
Pedri soltó un suspiro pausado y se dió media vuelta, para dejarse tendido en aquel pequeño sofá que estaba en la habitación.
Claro, ignorando la gravedad de sus problemas y asumiendo que los demás tienen que cargar el peso de ellos...
Estúpido Pedro.
Tomé aire profundamente cuando Pedri desapareció de mi vista, dejándome ahí, parado en cerca de la puerta, como un estúpido saco en el perchero, ¿por qué hago esa comparación?... cómo sea, soy un saco maltratado.
Piensa en algo, Pablo. Piensa bien antes de que todo tu enojo se esfume, te sientas acongojado y termines sintiéndote como una niña tonta desilucionada.
Pedro y yo nunca fuimos el tipo de amigos que discutieran seriamente es decir, si discutimos, es normal, pero jamás fue algo al extremo de ser serio.
¿Ahora se supone que estamos enojados? ¿No es al revés? Se supone que primero te enojas y luego va el sexo, no el sexo y luego te enojas por haberlo hecho. Es una lógica confusa.¿Qué es lo que debería de decir exactamente? ¿Qué pasa entre nosotros? ¿De verdad esto me tiene tan angustiado? ¿¡Por qué me pasan estas cosas!? ¡No puede ser tan mala mi suerte! Lo normal es reprobar, olvidar un asunto, no se, cosas comunes... ¡No tener sexo con tu mejor amigo! No.
Siento como si hubiese hecho algo muy malo, tan malo, pero tan malo... Pero no sé porqué es malo, porqué lo hice, porqué si me gustó tanto no puedo sentirme de la misma forma ahora.
—Pablo...— La voz de Pedro viajo hasta mis oídos, profunda, sería y simplemente perfecta.
Escuchar mi nombre salir de sus labios jamás me había perturbado tanto. Le perturbaba porque me gustaba como se escucha, me perturbaba porque no debería de gustarme como suena mi nombre con la voz de mi mejor amigo, me perturbaba porque hace recuerdo a lo que hicimos, su voz... cómo cuando lo escuché gemir mi nombre.
¡Estúpido Pedro! Por hacerme sentir esto, eres un estúpido.
Aunque probablemente esté insultandolo a él porque mi enorme y perjudicial orgullo se niega a aceptar la verdad que el único estúpido aquí soy yo por estar tan enredado en pensamiento revoltosos y sintiéndome así... uhm, si soy un estúpido.
—¡Soy un gilipollas!— Después de gritar mi innegable para que se escuchará por toda la habitación, ignore el llamado de Pedro y me di la vuelta para caminar rápidamente hasta la puerta.
Tarde fue cuando me di cuenta que el seguro multifuncional instalado en la puerta del cuarto era demasiada tecnología para mí. Oh sí, olvide este seguro, ahora es mi peor enemigo, Que idiotez.
Tal vez si mi amigo no fuera sexomne y no hubiera tenido sexo, le hablaría para que gentilmente me abriera la puerta.
—No eres un gilipollas...
La voz de Pedro a mí espalda interrumpió cualquier intento que yo hubiera tratado de hacer para forzar la puerta y salir huyendo como el cobarde que soy.
—Si lo soy, Pedro. Ahora abreme la puta puerta, quiero irme.
Me extraño escuchar lo que dijo; lo común hubiera Sido que me contestara con un "Si, lo eres Pablo"
para que después hubiera reído y hubiera terminado su frase con "pero así eres mi amigo" y los dos hubiéramos terminado riendo. Cómo siempre.