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Un bolso pesado cayó frente a Jeon en la mesa donde merendaba junto con Jimin. Al levantar la vista, casi se le va el alma al ver a Min Yoongi con la mirada fusiladora tan característica de él detrás de sus lentes.

Era hombre muerto.

—Déjame decirte que...

—Cierra la boca. —mandó acomodando sus lentes. —¿Se puede saber en qué mierda pensabas?

—Primero: fue hace tiempo, lo juro. —Juntó sus manos. —No me metas a la liga de matemáticas, por favor. Estoy más pendejo que Jongmyeong del salón 3.

—Te mereces más que una liga de matemáticas, mereces terapia por haber gustado de mí. Pero como es pasado, te salvas. —dijo poniendo su bolso en su hombro como si no llevara una tonelada de libros, dejando impresionados a Jimin y a Jungkook. —Dejando el asunto, el niño que se vistió formal, ¿lo conocen, cierto?

—Sí, es mi primo. —Jungkook de inmediato se preocupó. Llevaba esperándolo mucho rato. —Yoongi, ¿lo has visto?

—Estaba siendo interrogado por Seonghwa en el pasillo cerca del corredor donde aun no arreglan las luces, de allí vine aquí para decirte y aprovechar para reclamarte.

Jungkook se levantó con todo y corrió.

—¡Jungkook! —Jimin trató de ir tras él pero Jeon siempre fue más rápido que él en velocidad. —Noona e va a enojar...

—La verdad, Seonghwa es solo una carnada. —dijo Yoongi mirando en dirección a donde corrió Jungkook. —Tu prima la obsesiva, es quien le pidió el favor.

Jimin abrió los ojos. —Maldición. — tomando las cosas de Jungkook, corrió tras él.

Cuando llegaron al instituto, Taehyung estaba asustado así que, Jungkook se pegó a su brazo para llevarlo por los pasillos hasta su salón. Soyeon debió haberlo visto.

Jungkook tenía la mandíbula apretada. Estaba tenso pensando en sí le habían hecho algo a su pequeño.

Al cabo de un mes se había pegado a Taehyung. Había notado que es muy quieto y duro con sus palabras, pero delicado, por eso era fácil que se rasguñe. También que es un dulce cuando quiere y que no le gusta el contacto de desconocidos.

Solo de pensar que le pueden hacer algo...

—¡Kook! —Soyeon se interpuso en su camino, casi causando que caiga encima de ella.

—Soyeon, hazme el favor de dejarme pasar. —la apartó pero ella se puso en su camino una vez más.

—¿Ya no soy importante? —puchereó.

—Ni un poco. —lo que le importaba era Tae. La empujó y ella lo sostuvo. —¡Que me dejes!

Eso llamó la atención de los alumnos que pasaban. Jungkook se maldijo a sí mismo.

—¿Vieron como me trata, cierto? —les preguntó Soyeon a los demás con fingido dolor. —Me engaña, se va y al volver no le importó ni un poco... —empieza a llorar. —Y de paso me grita como si no me doliera.

Jungkook vio las miradas de reproche, juzgando. No tenía tiempo para los dramas estúpidos de Soyeon. Que la escuela entera lo odie, pero lidiaría con eso después. Ahora, debía encontrar a Tae.

—Soyeon. —la llamó con cautela y al verle. —Humillame cuanto quieras, pero no te metas con él. —amenazó acercándose y tomando su muñeca con fuerza. Asustandola, hasta algunos chicos dieron un paso por sí acaso ocurría algo peor. —Le haces daño y no sé qué soy capaz de hacer contigo y con el maldito de Park Seonghwa.

La lanzó a un chico que la atrapó en seguida y volvió a correr. Soyeon no tenía reacción.

—¿Estás bien? —le preguntó el chico.

Entonces ella se irguió y empezó a golpear los pies contra el piso, enojada.

—No, ya enloqueció otra vez. —Yoongi apareció con Jimin, que al verla se alivió. No tendría que preocuparse en que Tae tuviera rasguños y que su prima no sea golpeada por Jeon.

La agarró del pulso y la miró severo.

—Hola... querido Jiminie. —bajó la mirada al ver a su primo lejano.

—Tengo mucho que decirle a la tía sobre lo que andas haciendo en el colegio.

Jungkook llegó y encontró a Tae en el suelo mirando un punto fijo. Se detuvo frente a él y lo abrazó.

—¿Jungkook?

—¿Te hicieron algo? —susurró contra su cuello.

—El tipo que me abordó me empezó a llenar de preguntas y me puse nervioso... —susurraba al pie de la oreja de Jungkook. —Me dio miedo que me golpeara... Pero solo me amedrentó y me arrastró hasta aquí, golpeando un casillero enojado. No entendí nada...

—No importa. —lo apretó más. —Estaba preocupado contigo... ¿me juras que estás bien?

—Estoy bien. No finjas que te importa, Jungkook.

Eso hizo que se separara de él, empero, sin dejar de abrazarlo.

—¿Fingir? —preguntó con ironía. —No puedo creer que pienses así de mí.

—Es lo que pienso por más que traté de ignorarlevitó su mirada, irritando al mayor. —Pero el tipo que me amedrentó... dijo que eras alguien malo y que no se importa conmigo, sino ya hubiera venido por mí.

—¡Pero estoy aquí! —lo sostuvo firme. —Joder, hace un mes no te conocía y ya parece que te conozco de toda la vida.

La mirada humeda de Taehyung lo dejó helado.

—No. No parece. Tú solo sabes lo básico de mí. —lo empujó. —Tú solo finges que me quieres solo por la herencia, yo lo sé. —sin permitirlo, sus lágrimas habían empezado a caer. —Escuché su reacción.

Jungkook cerró los ojos con fuerza y se maldijo más aún. El día que supieron que Taehyung debía quedarse con ellos, no fue bonito. Pero el chico no debía estar en casa... o eso pensaba.

—Taehyungie...

—No lo niegues, por favor. Lo escuché, escuché como tú y la tía Somi se negaban a tener a un otro mocoso que no conocen en su casa. —mordió su labio. —¿No pensaron en mí, cierto?

Jungkook se quedó quieto, dándole a entender que no, no lo hicieron.

—Lo sabía. Solo aceptaron por la herencia, papá tenía razón... Las personas solo se importan contigo cuando tienes dinero.

Se levantó.

—No, Taehyungie, no es eso...

—Cállate, solo me tendrás que aguantar unos dos años más. Luego su herencia es definitivamente de ustedes, yo con la mía, volveré a Canadá y no tendrás que fingir ser bueno conmigo. —le dirigió una última mirada enojada y empezó a caminar a los baños.

Jungkook se quedó allí. Preguntándose por qué fue tan egoísta. Su madre y él no pensaron en qué pasaría con él si se negaban a quedarse con el menor. Iría a un orfanato o se quedaría con personas que esas si estarían interesadas en solamente su dinero.

Y luego de aceptarlo en su familia... se dio cuenta que solo están ellos tres. Quería cuidarlo porque Tae ya no tiene a nadie.

—Soy un jodido egoísta... —suspiró pasando sus manos en su cabello y cara. —Egoísta...

Solo porque no me gustan los números impares.

herencia inesperada ★  kooktae auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora