el tío rico de jungkook había muerto, dejándole a ese primo que nunca vio en su vida, taehyung. a cambio, tiene una buena parte de la herencia que dejó.
al principio le pareció una pésima idea, pero es su herencia y el chico es demasiado lindo.
...
Era la fiesta de la boda de Jimin y Yoongi, ambos llevaban en las manos dos ramos de flores y estaban listos para lanzarlos detrás de sí y darle la suerte a alguno de sus amigos para ser el siguiente en casarse.
—¡a la una!— gritó Jimin levantando el ramo junto con Yoongi y bajandolo. —¡a las dos!
—¡y las tres!— gritaron todos y los ramos salieron volando detrás de sí.
El ramo de Yoongi cayó en manos de Somi.
—no sé si digo amén o me pongo triste— comentó Jungkook en broma.
—idiota, mejor ve preparando tu luna de miel— sonrió y le indicó que vea detrás de él.
Jimin chilló de felicidad y hasta se subió encima de Yoongi.
—¡Yo si doy suerte!
Jungkook miró detrás de sí y sintió el alma irse de su cuerpo.
—¡en eso se grita amén!— gritó Suzy aplaudiendo. Es prima de Jimin, tenía que estar allí y además, se disculpó por sus estupideces de adolescente.
—estaba comiendo tranquilo... y entonces esto iba a caer en mi plato— decía Taehyung con las mejillas rojas. —lo atrapé.
—¿t-tu quieres?— Jungkook no pudo evitar los pensamientos de casarse con Tae.
—no le veo la diferencia, solo que tendremos anillos. De todos modos ya compartimos apellido— sonrió. —es como dijiste.
—es solo un pedazo de papel— tomó el ramo y besó sus labios rápidamente. —pero si amaneces con las ganas... no me voy a quejar.
—si un día amanezco queriendo que seamos esposos, espero ya tengas en mano los pasajes a París— sonrió y le robó un beso. —ahora ven a terminar de comer conmigo.
—antes que nada...— se acercó a su oído viendo que la música empezaba a subir de intensidad. —agradezco que hayas sido mi herencia.
—lo sé, soy tu bebé— lo abrazó por los hombros. —te amo...
Jungkook lo atrajo a otro beso, ganándose las miradas felices de su Somi y Suzy.
—entonces... ¿como le hace para parecer tan joven?— preguntó la chica.
—es fácil...— sonrió viendo a sus bebés. —Solo sé feliz... ah y usa mucha, mucha crema si tienes un hijo pendejo como el mío.
Suzy rió. —anotado.
Somi se acercó a sus bebés cuando los vio sentarse y sacó su celular.
—bebés digan ¡cheese!
—¡cheese!
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