it was 2004...

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𝐄𝐑𝐀 𝟐𝟎𝟎𝟒

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𝐄𝐑𝐀 𝟐𝟎𝟎𝟒 . . .

En la Universidad de Harvard llegaba el lanzamiento de la red social creada por Mark Zuckerberg, Facebook.

La Fórmula 3.000 estaba a punto de ser reemplazada por GP2 Series y eventualmente sería renombrada Fórmula 2.

En cines se estrenaba Mean Girls, The Notebook y Howl's Moving Castle.

Susie Wolff, en aquel entonces conocida como Susie Stoddart, realizaba su última carrera en el Campeonato de Fórmula Renault 2.0.

Se cumplían diez años desde la muerte del vocalista de Nirvana, Kurt Cobain.

Michael Schumacher ganaba su séptimo y último Campeonato Mundial con Scuderia Ferrari.

Para Lara Jean Maverick, ese había sido un gran año y, al igual que todos los años, sucedieron un montón de cosas. Los actores se estaban hartando de dinero, las actrices explicaban en televisión nacional porqué se habían operado los senos, los músicos escribían nuevas canciones y en el mundo del deporte se ganaba, apostaba y sobornaba. Pero mientras todo eso sucedía, ocurría algo más importante ―algo que diecisiete años después tendría verdaderas repercusiones―, Lara Jean, de cuatro años, asistía a su primer campeonato de Fórmula 1: El Gran Premio Británico.

Pero hay que adelantarse a la carrera. Después de todo, Lara Jean no recuerda gran parte del día (además de la pelea telefónica de sus padres, los flashes de las cámaras golpeando su rostro mientras salía del auto y la sala vip en la que la pusieron con mamá), todo había sido un viaje borroso, agotador y alucinante.

En ese entonces, Lara Jean no había visto el Super Bowl, un juego de la NBA, el Mundial de Fútbol ni siquiera un partido de béisbol. Odiaba los deportes, la gimnasia y cualquier movimiento repetitivo que la hiciera perder el aliento por más de diez segundos. Pero en la carrera en Silverstone, con sus coches rápidos, motores ruidosos, estrategias sucias, accidentes mortales y pilotos altamente atractivos, Lara Jean había encontrado su nueva pasión.

El Gran Premio se organizó el once de julio. Era la undécima de dieciocho carreras y más de quinientas mil personas se habían presentado para ver al favorito de todos los tiempos hacerse con la victoria por octogésima vez: Michael Schumacher.

Fue un fin de semana abrumador. A Michael no le había ido bien en las sesiones de práctica y el día sábado había clasificado cuarto (aunque muchos lo adjudicaban a su decisión de conducir con una carga de combustible más alta), por lo que el domingo había salido por detrás de Jenson Button, Rubens Barrichello y quien se había llevado la pole position¹: un finlandés once años menor llamado Kimi Räikkönen.

Durante la carrera, los Ferrari de Schumacher y Barrichello alcanzaron rápidamente al McLaren de Räikkönen, que perdió tiempo en una desafortunada salida de boxes con el japonés Takuma Sato, y en la vuelta doce, Schumacher finalmente tomó la delantera con una gran ventaja que ningún piloto pudo arrebatarle. Tras una ardua lucha entre Sato, Button, Barrichello y el mismo Räikkönen, fue Barrichello quien se llevó el tercer lugar, Räikkönen el segundo y Schumacher su décima victoria de la temporada.

A Lara Jean le sorprendió, en la medida en que a uno le sorprende algo cuando tiene solo cuatro años, haber encontrado algo que le gustaba. Y que entendía. Durante esos meses, su madre había tratado de meterle pasatiempos en la cabeza tanto de niñas como de niños. Lara Jean sabía que su madre era el tipo de mujer que no la juzgaría por elegir dinosaurios en lugar de muñecas, pero a Lara Jean no le gustaba ninguno de ellos. Tampoco juguetes de cocina, vaqueros, princesas, hadas, sirenas, bomberos, policías, astronautas, cantantes o bailarinas de ballet. Lara Jean no tenía pasión por nada excepto la televisión y los Game Toys. Y nunca pensó que encontraría un gusto por los autos (especialmente porque eran aburridos y monótonos), y luego resultó que sí. ¡Al fin!

Y a pesar del hecho de que no le entusiasmaba aparecer en televisión nacional junto a su madre, quien en esa época se encontraba en la cúspide de su carrera (y los paparazzi le conocían hasta los horarios para ir al baño), ahora podía aprovecharse de aquello y pedirle a los directores de las escuderías que la acercaran a los garajes, porque los paparazzi las seguirían y les tomarían fotos con los mecánicos y los sponsor² de sus trajes.

Lo cierto es que, por más que Lara Jean haya bromeado sobre odiar el trabajo de su madre, y la atención que venía con ello, le gustaba haber recibido la invitación vip a la carrera. Y así, mientras se abría paso entre las piernas de los adultos con camisetas de Ferrari, Sauber, Renault, McLaren y Minardi para observar de cerca las celebraciones del podio, fue como empezó su infortunada, desgraciada y patéticamente sentimental aventura en el automovilismo. Como un documental sobre una pobre chica que descubriría que hay mil formas de quebrar a alguien sin la necesidad de romper algo realmente.












Pole position¹: Se utiliza para designar el primer lugar en la grilla de salida de una carrera.

Sponsor²: Persona o entidad que aporta capital para financiar un evento, con la finalidad de obtener publicidad en su marca (también conocido como patrocinador).

𝐑𝐄𝐃 𝐒𝐍𝐀𝐊𝐄   ⎯   fórmula 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora