Era 24 por la tarde, Maggi ya estaba lista junto a su hermano y Pablo quienes hablaban mientras estaban sentados en el sillón.
La casa se iluminaba con las luces de colores que decotaban todo el lugar.
La casa de los Martinez era bellisima cuando llegaban las fiestas razón que hacía emocionar a la familia.
Gabriel bajaba las escaleras mientras se peinaba y abrochaba su camisa.
—quien viene a comer?— preguntó Thiago con curiosidad
—vienen los abuelos y la abuela Rose— contó el hombre mientras se peinaba
—¿QUE?—gritaron los hermanos al mismo tiempo
—es su abuela?—preguntó con curiosidad,Pablo.
—la peor abuela que tuvimos, te juzga todo, no nos visitó desde hace cinco o seis años—le contó Thiago.
—chicos— dijo Gabriel y se dio la vuelta para mirar a la pareja —escuchen, porfa, no digan nada de que están juntos, por lo menos anuncienlo en la cena— les dijo él —ya saben como son los señores mayores—
—pa y por que viene la vieja esa? Hace años no nos visita y viene a hacerse la líder ahora— le dijo Maggi
—bueno chicos,se que su abuela es media enojona pero viajó desde inglaterra para acá—le dijo Gabriel mientras veía a sus hijos
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Ya calló la noche en Argentina. Los chicos hablaban mientras comían algunas papas fritas que habían en la mesa.
De la nada se escucha el timbre de la casa indicando que llegó alguien.
Gabriel se levantó y abrió la puerta encontrándose con dos señores mayores.
—como anda mi hijito hermoso— habló la señora mientras abrazaba a Gabriel —que grande que estas mijo—
—como andas hijo— saludó el padre de Gabriel mientras lo abrazaba
—como andan? Vengan pasen pasen— les dijo él mientras sonreía y dejaba pasar a los padres del dueño de la casa.
Los ancianos pasaron y cuando vieron a sus nietos sonrieron y se acercaron a ellos mientras estos se pararon y los abrazaron.
—como andas abue— le sonrió Maggi y le abrazó
—como andas mi amor, estas enorme mi princesa— le sonrió la anciana
—como andas Thiago—saludó el señor mayor a su nieto.
—como andas Abuelo— le dijo Thiago mientras le agarraba la mano a su abuelo y se daban palmadas en su espalda.
Cuando terminaron de saludarse, Maria Luz quien era la anciana, miró a Pablo y él se levantó y se acercó a la mujer
