𝐀𝐑𝐀𝐃𝐈𝐀 𝐒𝐀𝐖𝐘𝐄𝐑 tiene un don.
El futuro se muestra ante sus ojos, aquellos de color violeta que brillan cuando el destino se le es mostrado. Ella lo tenía todo controlado, casi, todo.
¿𝘘𝘶é 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘳á 𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘴𝘶𝘴 𝘷𝘪𝘴𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴...
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La tarde en el bosque se acabó rápidamente.
Comprendía lo que estaba pasando, aquel chico que estaba en el bosque, era quien estaba en mi visión. Pero aún no entendía el porqué de mi estadía allí, mucho menos la de Scott.
Cuando Scott y yo volvimos a la casa, nos encontramos con Stiles en nuestro sofá.
Nunca pregunté como es que encontraba la manera de entrar a nuestra casa.
-Debes dejar de oír la radio de tu padre, Stiles -advertí, cuando noté que tenía la radio en su mano.
Scott se sentó a su lado y Ragnar se acercó a descansar con ambos.
Negó y me señaló la radio- eso nos permitirá vivir las situaciones más locas de nuestra vida.
Rodé los ojos y le tendí otro vaso a Scott- Stiles, le tienes miedo a todo.
Hizo una mueca formando una boca de pato- tú también.
Scott sonrió- ¿y qué situaciones locas viviremos?
-En cuanto oiga algo bueno en la radio, los llamaré.
-¿Y eso cuando será? -cuestioné, oyendo que en la radio informaban de un caso menor, robo a una tienda. Sin heridos.
-Cállate Aradia -demandó Stiles, abrazando la radio.
Suspiré y tomé una de las galletas de la mesa de café frente a nosotros.
-¿De dónde venían ustedes dos? -preguntó.
-Scott quiso entrenar y yo pasear a mi bebé -contesté, mirando a mi pequeño Ragnar acostado en el suelo.
-Bebé, eso te puede arrancar la tráquea y ella le dice bebé.
-Cállate, Stiles -demandé, lanzándole un almohadón del sofá.
-¿Y tú para qué entrenas? -preguntó Stiles.
Scott tomó la pelota de lacrosse que tenía en el sofá- seré titular.
Stiles soltó aire retenido- ¿sigues con eso?
-Scott será titular -afirmé y sonreí- confía, Stiles.
-Si él es titular este año, yo tengo que tener una cita con Lydia.
-Me rindo.
El castaño abrazó la radio nuevamente- tú nos darás nuevas aventuras.
Comencé a sentir un leve picor en las palmas de mis manos, moví mis dedos, intentando rascarme, pero me alertó el sentir que mi mirada se nublaba. Ragnar levantó su cabeza y caminó hacia mi.
Él también lo sentía.
-Iré al baño -avisé, reincorporándome con rapidez.
Llegué al baño casi tropezándome, con la vista nublada y Ragnar detrás de mí.
Cerré la puerta, casi al mismo tiempo en el que las imágenes llegaban.
Scott me mostraba una mordida en su abdomen, con una expresión confundida y asustada.
Extrañamente, tenía la sensación de saber lo que era.
La imagen volvió a cambiar.
Era el chico del bosque, con los ojos brillando de un azul eléctrico.
Otra imagen.
Stiles estaba, me mostraba unos papeles, en ellos había lunas, lobos, leyendas antiguas.
Con un jadeo volví al presente.
Estaba sentada el suelo del baño, con la espalda apoyada en la puerta de este. Ragnar tenía su gran cabeza en mis piernas y con su nariz, empujaba mi mano.
Ragnar había crecido conmigo, también fue entrenado por mi padre y yo. Él sabía que las visiones llegaban, las sentía y sabía como traerme de regreso.
Volví a recopilar las imágenes en mi cabeza.
Scott con una mordida.
El chico del bosque.
Stiles con las imágenes de lobos y leyendas antiguas.
Lo que estaba segura era que Scott sería mordido y sabía que era lo que lo había mordido, o al menos en ese momento.
Y Stiles, con esas imágenes, podía darme una idea de lo que estaba por suceder, pero era imposible.
Me miré al espejo, mis cabellos castaños rojizos no estaba muy despeinados. Lavé mi rostro y salí del baño, suspirando.
Faltaba mucho para terminar el día y ya estaba muy cansada.
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