Capítulo 6.

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Saya estaba sentada en una silla al costado de Goku, lado derecho con sus manos entrelazadas. Ahora estaba más calmada gracias a la enfermera Marikawa, que se había marchado hace algunos minutos para traer cosas que necesitaba para tratar a Goku.

Sus bellos ojos dorados miraban a Goku, su pasivo rostro durmiente. Le calmaba que su fiebre haya bajado hace ya una hora.

Miró la puerta corrediza que llevaba al balcón y notó que ya era de noche. Estaba algo preocupada por sus padres, pero sabía que podían cuidarse por su cuenta, ambos eran fuertes, su madre era un genio como ella, la fortuna de la familia Takagi se debía en gran parte a su intelecto, además tenía habilidad con armas de fuego. En cambio, su padre era el líder de la prefectura de Tokonosu, conocido por su fuerza y fiereza.

Una peligrosa combinación.

Con su mano libre apartó los cabellos negros de la frente de su amigo.

-"Despierta Goku" -pensó con tristeza.

Sus ojos miraban fijamente al chico, tan centrada estaba que ni se percató del momento en el que se paró para acercarse lentamente a él, como si estuviera hipnotizada.

El tinte carmesí pintó intensamente su rostro al estar a milímetros del chico, sus cabellos rosados calleron en los costados de su rostro.

Su mano acarició sus mejillas y otra la usó de soporte para mantenerse estable sobre él.

No supo en qué momento su rostro se acercó tanto al de Goku, ahora no podía pensar con tanta claridad y tampoco había mucho que analizar.

Ella quería.

Tanto que simplemente lo hizo, ella era así de egoísta.

Besaba a Goku con delicadeza y disfrutando cada segundo, cerró sus ojos incluso para disfrutar mejor de aquel tierno tacto.

No había lujuria, no había abuso, simplemente afecto, cariño y anhelo.

Finalizó el beso apartándose de él mientras lo miraba muy roja y nerviosa, agradecía que no se haya despertado justo en ese momento.

Se exaltó terriblemente cuando la puerta fue abierta repentinamente y de allí entraba la enfermera que miró alto extrañada a la Takagi sonrojada.

Su vista cambió de Goku a Saya unas cuantas veces hasta simplemente esbozar una sonrisa.

-¿Me ayudas a ponerle las vendas? -preguntó mostrando el objeto- Esto ayudará a la hinchazón -explicó mostrando un pote pequeño semitransparente.

-¡Cla...claro! -respondió de forma nerviosa Saya tragando seco más de una vez.

-Primero tenemos que sacarle la camiseta y hacer que se siente -explicó acercándose al azabache.

La rubia intentó jalar de los hombros al joven y le dificultó bastante hasta que Saya se le unió pudiendo recostarlo por el respaldo de la cama.

-¡Fua! Qué pesado está Goku-kun -habló cansada la rubia.

-Sí, ¿estará pasado de peso por comer tanto? -se preguntó nerviosa Saya, aunque tampoco le importaría si fuera el caso.

-Toca sacarle la camiseta -habló la enfermera, aunque antes de que eso pase alguien más entró en el cuarto.

-Permiso, ¿hay algo que necesiten? -preguntó Saeko con una pequeña sonrisa- Al parecer sí -murmuró curiosa.

-Hay que ponerle las vendas -respondió Marikawa sonriente.

-S...sí, no mal interpretes esto o algo así -le dijo Saya avergonzada y algo molesta de ver a la mujer.

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