CAPÍTULO 23

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Paige tardó varios segundos en recopilar toda la información que le habían proporcionado Drew y Sally. Fueron directos a la habitación de Cárter y vio con sus propios ojos, su cuerpo tumbado en el suelo durmiendo plácidamente. Intentó de varias maneras despertarle, no sirvió de nada, su mente irónicamente viajó a la película de Disney de Blancanieves y los sietes enanitos con la única diferencia que esto no era una película y Cárter no era Blancanieves.

Bufo y su mirada se cruzó con la de Maggie que seguía con el diccionario de latin entre sus manos.

       —Maggie tienes deberes que hacer —Paige ladeo la cabeza— nosotros nos ocupamos.

Maggie se encaminó hacia la puerta y se marchó.

Paige dió varias vueltas a la habitación en silencio. Ordenando sus pensamientos. Primero fue el lago, según Drew, Cárter estaba dispuesto a huir de los Sfongs pero Drew le dijo que se quedara con él a luchar y así lo hizo. Luego de camino Alcanar le pidió de broma que le llevara la mochila, Cárter se negó al principio pero se lo volvió a repetir y accedió. Finalmente le gritó con furia que se durmiera un mes —miró a Cárter durmiendo— y apostaría su brazo izquierdo que Cárter seguiría durmiendo hasta que pasara dicho mes.

 —Drew tiene el poder de controlar la mente, su poder es psíquico— pensó Paige.

        —¿Paige?, di algo— el chasquido dedos de Drew, le devolvió a la realidad, de vuelta a la habitación.

        —Tengo una teoría, pero para saber si es cierta hay que ponerla en práctica— soltó Paige.

        —Muy bien, pues manos a la obra— Dijo Drew frotándose las manos.

        —Tienes que pedirle a Sally que haga algo por tí, que sabes que nunca haría en su sano juicio.

Sally le clavó una mirada asesina a Paige.

      —¿Cómo?— Drew sonó perplejo con lo que le estaba pidiendo.

       —¡Haz lo que te digo!— le ordenó Paige.

       —De acuerdo— contestó con los ojos entornados.

Drew se quedó en un trance mirando a un punto de la habitación, pensando en que le iba a pedir a Sally.

       —¡Es para hoy!— gritó Sally impaciente e inquieta.

      —Quiero que te arrodilles, y me beses los pies— Drew sonrió de medio lado.

      —¿Disculpa?— Sally se rió a carcajadas— no pienso hacer eso.

       —No ha funcionado— Drew miro a Paige dolido por obedecerla.

      —Vuélveselo a decir, pero esta vez, mirala a los ojos y creyéndote tus palabras—animó Paige.

Drew lo volvió a repetir con las nuevas indicaciones de Paige. Sally no vaciló, se arrodilló ante él, como una sumisa obedece a su amo y seguidamente beso sus botas negras.

Sally una vez terminado lo que le había ordenado Drew, se desmayó y a los pocos segundos recobro la conciencia.

      —¿Qué ha pasado?— preguntó poniéndose una mano en la cabeza.

     —¡NO-ME-JODAS!— es lo único que consiguió decir Drew. 

LA NUEVA ERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora