Capítulo 4

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La hora del recreo inevitablemente llegó y consigo sobrepensar más las cosas. Quizás esté exagerando, pero no es como que pueda preguntarle a alguien qué debería hacer.

Vale, tengo 45 minutos para poner mi cabeza en orden o por lo menos tomar una decisión. Por ahora la biblioteca es mejor lugar para hacerlo, ahí puedo estar tranquila y-

- Mierda.- susurré mientras me paraba en medio del vacío pasillo dándome cuenta de mi desgracia. La clase de arte está justo antes de la biblioteca. ¿Cómo es posible que no me haya dado cuenta antes?

Quizás esta es una señal del destino para que vaya con ellos, amplíe un círculo social inexistente, tenga por fin una adolescencia promedio con amigos increíbles que en algún momento recordaré al encontrar un álbum de fotos en un cajón y esas cosas bonitas que pasan en las películas y series...

O podría simplemente ser una cobarde, ignorar las señales y quedarme sola por el resto de mi vida.

La segunda opción no me parece tan descabellada.

Ok, no.

Si algo he aprendido es que no hay que rendirse sin siquiera intentarlo. Le dí una oportunidad a William al responderle el mensaje que me mandó y ahora él me ha dado una a mí, salga bien o mal, al menos debo poner un poco de mi parte para salir del bucle que se ha convertido mi vida y mejorar.

William Blake, más te vale invitarme a un café por la cantidad de crisis existenciales que me has hecho tener en solo tres horas.

Después de diez minutos dando vueltas en medio del pasillo, empiezo a caminar en dirección a la clase de arte mientras el corazón me palpita más rápido de lo normal. No suelo ponerme nerviosa al conocer personas nuevas, pero por alguna razón, la situación me aterra.

 No suelo ponerme nerviosa al conocer personas nuevas, pero por alguna razón, la situación me aterra

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Al llegar a la puerta pude ver a tres personas hablando animadamente. William y los hermanos Stuart, Kate y Sean. Estos dos son gemelos, aunque bueno, no es difícil de adivinar. El parecido es demasiado obvio, ambos con ese pelo rubio brillante, los ojos marrón caramelo, los hoyuelos en las mejillas acompañadas también por ligeras pecas esparcidas como si fuesen hechas a pincel. Aunque Sean sea un poco más alto que Kate, no es mucha la diferencia. Son dos gotas de agua.

El trío estaba de espaldas a la puerta y casi al final de la clase, así que no notaron mi presencia. Al verlos así, tan cómodos, hablando entre ellos, bromeando y maldiciendo amistosamente me di cuenta que interrumpirlos no estaba en mis planes. Quizás las cosas deberían seguir su curso sin alteraciones. 

Ellos no estarán mejor conmigo ni yo peor sin ellos.

Lo mejor será ir a la biblioteca, ninguno se dará cuenta y estoy segura que William tampoco se molestará si le escribo diciéndole que agradezco mucho que me haya ofrecido estar con ellos, pero que lo mejor es que rechace la oferta.

Di un paso para seguir con mi camino a la soledad, pero el segundo fue interrumpido por el chico de cabello azabache, diciendo mi nombre mientras se acercaba a mi con una sonrisa de oreja a oreja.

 - ¡Lauren, viniste! Ven, te presento a Kate y a Sean.- dijo animadamente, agarrándome suavemente la muñeca para llevarme con ellos. Su tacto se sintió raro, mas no desagradable.

- Hola Lauren, soy Kate. No hace falta que te presentes, este niño de aquí no ha parado de hablar de ti.- me saludó mientras miraba a William con una sonrisa burlona.

- Mentira no es, seguro que de mí también habla un montón, pero igual me presentaré como el caballero que soy. Sean Stuart, querida compañera.- Se acercó a mí extendiéndome su mano, la cual no rechacé.

Detallándolos más de cerca era más obvio su parecido, pero sus personalidades parecen completamente distintas, las cuales se ven muy reflejadas en su forma de vestir.

Sean tiene un estilo más casual, con converse y chándal, mientras que Kate lleva ropa que resalta su figura, con un top rojo y unos vaqueros negros, además de un maquillaje realmente precioso.

- ¿Qué forma de presentarse es esa?.- rió William mirándolos.

- Bueno, teniendo en cuenta como te presentaste tú, Willy, no creo que tengamos nada que envidiar.- dijo Kate lanzándole una mirada acusadora, solo le faltaba apuntarle con el dedo.

- Touché.- susurró Sean.

- Te dije que dejases ese apodo.- la miró "Willy" con mala cara.

- Y yo te dije que dejaría de usarlo cuando madurases. Todavía te queda un largo camino, amigo mío.- 

No pude evitar reír al ver la relación que tienen. Se nota que Kate los pone en su sitio cuando la situación lo requiere y que los otros dos son unos payasos, pero unos payasos amables y nobles. Lo que la pobre habrá tenido que aguantar.

- "Willy", creo que no puedes ganarle a eso.- no pude evitar decir, ganándome una mala mirada por su parte.

- Creo que invitarte fue mala idea, te va a corromper.- dijo con un tono muy gracioso.

- Pero qué dices, fue lo mejor que pudiste hacer. Necesitaba a otra cabeza pensante por aquí y siento que nos llevaremos muy bien.- dijo Kate mirándome con una amplia sonrisa mientras William y Sean resoplaban por lo bajo.

Quizás no era mala idea intentar conocerlos.

Quizás no era mala idea intentar conocerlos

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Nota de autora:

Hola, hola!

Ya vamos conociendo poco a poco a los personajes principales. ¿Qué primera impresión os dan estos gemelos? ¿Y qué opináis de William?

Como podéis ver, Lauren no ha tenido buenas experiencias al relacionarse con los demás, así que tiende a ser muy insegura al respecto, pero esperemos que este trio sea la excepción.

Espero que os haya gustado, no olvidéis votar y comentar si os ha gustado. Cualquier crítica constructiva siempre será bienvenida!!

Bye, Bye, kiss, kiss

Carolina CR.

Let it all goDonde viven las historias. Descúbrelo ahora