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Por cada pasó que daba sentía como todas las miradas del lugar se posaban en él.
Miedo, confusión y desesperación; cada uno de esos sentimientos se podía reflejar en cada una de las miradas que le brindaban al surcoreano.

Agarró el celular que indicaba ese pequeño cartel de color blanco. Miró con notable curiosidad a cada una de las persona del sitio, cada una parecía tener un papel importante en ese juego, pero en realidad solo eran personas qué en cualquier momento podrían perder la vida con tan solo un disparo, al igual que él.

Había un chico que había llamado su atención, era raro que se fijará en las personas de su alrededor, pero aquel individuo era interesante. Hiro observaba a un chico que parecía recién salido del trabajo; con gorra que cubriá parte de su cara, con algunas manchas de aceite de auto en sus lastimadas manos, además de qué parecía realmente confundido. Se parecía a Kobayashi el primer día que llegó a ese mundo; confundido y no saber en quién depositar tu confíar.

Por un momento, el chico volteó hacía su dirección, y en ese momento el de cabellos castaños observó los ojos azabaches más brillosos que pudo haber visto alguna vez, ese brillo era tímido pero a la vez deslumbrante.




Los registros se han cerrado,
hay un total de trece participantes.
El juego está por comenzar;
nivel de dificultad cinco de espadas ( ♤ )




━━━ ¡Claro, a mí me tocan solo las cartas de espada! seguro el próximo juego es seis de espada ━━━ Hiro protestaba con exageración.
Daba pasos lentos por las escaleras, el juego iba hacer un poco difícil para su situación; en medió del caminó tuvo pequeños contratiempos haciendo que se lastime el tobillo izquierdo.

Las reglas de aquel juego habían sido explicadas hace tan solo unos minutos. Tenía que huir de "la cosa" y descubrir la zona segura, eso significaba buscar por cada una de las habitaciones.

Su dolor de pie era leve, si tenía cuidado podía completar el juego con facilidad o eso esperaba.

Los veinte minutos del tiempo limitado ya había comenzado, por lo tanto también la cosa se acercaba.
Habían paso solo milésimas de segundos desde que había empezado a escuchar gritos y disparos.

El surcoreano caminaba por el segundo piso, revisando cada puerta que estuviera a su alcance. Paró en secó al escuchar pasos a una cierta distancia, precisamente detrás suyo, volteó en esa dirección y se encontró con aquellos orbes tan oscuros y brillosos, ese brilló tan especial y único.

𝗜 𝗟𝗼𝘃𝗲 𝘆𝗼𝘂  ━━━━  𝖪𝗈𝖽𝖺𝗂 𝖳𝖺𝗍𝗍𝖺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora