Un rubio miraba por la ventana de un auto negro, el paisaje de su ciudad. La cuidad que lo vio nacer y crecer hasta convertirse en lo que es ahora.
Sus padres, Minato y Kushina, un rubio ojiazul y una pelirroja de ojos morados.
Nació en Konoha, un 10 de octubre. Su padre por poco y no llegaba a su nacimiento. El era abogado, y justo estaba en medio de una audiencia, cuando recibió la llamada de su cuñada Mito, avisando que su hijo estaba en camino. Jamás se supo cómo hizo Minato para dejar que el juez acabe con prisa la audiencia.
A pesar de ser abogado. Minato mantenía sus creencias con fervor y no se dejaba influencia por los sobornos o las malas recomendaciones de colegas. Pero eso le costó mucha clientela. Aunque no le iba mal. Ya que cubría los gastos de su familia y se permitían de ciertas comodidades. Debido a su capacidad en la oratoria.
Por otro lado, su madre Kushina tenía un trabajo como consejera en un colegio por las mañanas. Lo que le permitía estar presente en la vida de su hijo de manera seguida.
Naruto creció en un ambiente estable y lleno de atención de parte de ambos padres. Era muy enérgico y agotaba a sus padres a diario.
Cuando le tocó comenzar el ciclo escolar. Contra todo pronóstico, el pequeño no quería ir a la escuela. Tenía miedo de quedarse solo y le aterraba ver a otros niños. Ya que en su mente, pensaba que sus padres lo estaban abandonando.
Y estuvo así la mitad del ciclo escolar. Sus padres se preocuparon. Ya que pensaban que era por timidez.
En vacaciones, Naruto volvía a ser el mismo hiperactivo de siempre. Sus padres le preguntaron que era lo que tenía. Que lo preocupaba. Y el con timidez les contó que tenía miedo de que lo abandonaran en su escuela.
Ellos le explicaron que jamás harían eso, que lo amaban y lo harían por siempre. Eso convenció al rubio. Al volver de las vacaciones, volvió a ser tímido y reservado. Pero ahora era un poco más abierto con sus compañeros y paso a incorporarse con tranquilidad a su curso.
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Los años pasaban y Naruto a pesar de haber superado ese miedo, continuó siendo, ya no tímido, pero si reservado con sus amistades. Tenía pocos amigos y cuando estaba con ellos era el mismo, en palabras de sus amigos, "revoltoso" de siempre.
Cuando entro a secundaria, conoció a la que sería el amor de su vida. Claro que el no lo sabía en esos entonces.
Narra Naruto
Su nombre era Hinata Hyuga, llegaba de Tokyo con su familia. El señor Hyuga era médico y al tener un buen trabajo. Se permitió invertir dinero en unas pequeños negocios. Que llevo a la familia Hyuga a una buena posición económica. Pero todo cambio cuando un malentendido con un congresista desencadenó en el despido de Hiashi Hyuga de la clínica donde trabajaba.
Este mismo se encargó de meter cizaña a la carrera del médico y, obligado vendió sus negocios y se mudó a Konoha para comenzar de nuevo. Llevándose a su esposa y su hija con el.
La señora Hana era una mujer comprensible y amable. Hiashi era serio, malhumorado con todos menos con su familia. Hinata era consentida, pero no dejaba de lado sus modales y educación.
A ella le tocó el mismo curso que a mí, cosa que me hizo muy feliz.
Me costó bastante acercarme a ella. Ya que era alzada, caprichosa y un poco presumida. Se portaba muy bien con los demás, pero conmigo se mostraba como era en verdad. Me gritaba que la dejara en paz, o que la tenía arta.
Yo solo le sonreía y le decía que deje de ser amargada. Pero ella contraatacaba diciendo que pronto volvería a Tokyo y que yo sería el primero de quién se olvidase.
Era nuestra rutina, incluso me llegó a abofetear. De un modo u otro llegamos a ser cercanos. Los maestros de algunas materias nos pedían hacer trabajo en parejas en clases y a veces investigaciones en casa. Las primeras veces llegamos a gritarnos al no estar de acuerdo.
Con el tiempo nos abrimos más y llegamos a un acuerdo silencioso.
