Capítulo 19: " El Castigo del Rey"

95 6 0
                                    

Edgar Desaulniers

Edgar: Hermano, ¿estás seguro de que estamos haciendo lo correcto?- admito que me gusta hacer travesuras, pero mi hermano supera sus límites de vez en cuando...

Frederick: Claro que si, hacía esto cuando yo tenía tu edad- lo miré mal- si quieres le preguntas a mamá y verás que tengo razón- eres un maldito.

Entramos a la oficina de papá y buscamos algo que es de él...no sé como se llama, mi hermano dice que es una caja donde guarda todo lo que es personal para él, una vez jugamos con el regalo que le había dado mi mamá y... no me dejaron salir de mi cuarto por cinco días, y mi mamá trató de ayudar, pero papá no dejó.... de la caja sacamos un libro, es de color azul, el que mamá escribió desde que era pequeño es color café, así que no sé que tiene, mi hermano sacó eso y un collar..

Frederick: Esto me lo quedo yo- yo prefiero el libro, guardamos la caja y salimos de ahí, una vez en el cuarto, me quedé en el cuarto de mi hermano, abrió el libro e inmediatamente lo cerró- mejor te doy el collar a tí- mi hermano es un rarito, me miraba al espejo mientras mi hermano leía el libro...

Emma: Príncipes, es hora del almorzar- escondimos el collar y el libro, bajamos con Emma y el almuerzo estuvo extraño..

Mi hermano y mi papá no se dejaban de mirar mal, creo que ya supo que nos llevamos algo, ellos se miran como desafiándose, mamá mira a papá y con su aroma todos nos tranquilizamos, hasta papá deja de mirar mal a mi hermano y solamente comió, yo evité mirar a alguno de los dos a los ojos, pero cuando terminamos de comer, mamá me dijo que fuera al jardín a jugar, bueno, eso haré.

Frederick Desaulniers

Mi padre entró en la habitación y empezó a buscar algo, me hice el tonto y me puse a leer otra cosa, hasta que papá vio el collar, me sonrió y yo me asusté...

Joseph: Sé que tienes el libro...¿por qué tanto gusto en robarme mis cosas?

Frederick: Vamos papá, son cosas mejores que las mías, además tu siempre has tenido cosas increíbles, ¿por que yo no?- me miró mal, pero no me importa, mamá me ha dicho que no moleste a mi padre sobre ese tema, pero es imposible no hacerlo, además sé que fue lo que pasó con él, sé que casi mata al pueblo, que me hago el idiota es otra cosa...

Joseph: Sigue hablando de esa manera y le daré el trono a tu hermano- quedé serio, quiero a Edgar desde antes de que naciera, pero definitivamente no quiero que me quite el trono- me llevaré esto- se llevó el libro y el collar, al ver como salió de la habitación, busqué a mi hermano en el jardín, no dijo que debía quedarme en el cuarto, por lo tanto puedo hacer lo que quiera.

Frederick: ¡Edgar!, vamos al pueblo- corrió hasta estar a mi lado y fuimos.

Edgar: ¿Y qué vamos a hacer?- lo miré y sonreí, meternos en problemas como siempre, lo que me encanta de mi hermano es que es un poco inocente, a veces no sabe que hacemos travesuras, pero lo tomo como mi venganza personal, por todo lo que le hizo papá al pueblo, y de como mamá perdió la voz por él, la puedo escuchar- Frederick.

Frederick: Vamos a la panadería y después veremos- o pueda que...por esta vez me quede quieto y solo...disfrute el día, ya veré, pero haré feliz a mi hermano mientras tanto, por si acaso se mete en problemas conmigo por algo que yo hice.

Aesop Carl

Miraba como Joseph iba y venía, en ese libro escribíamos...nuestras fantasías sexuales, como nuestra letra se parece, pensamos en hacerlo juntos, además no pareció mala idea cuando Joseph me ofreció en hacerlo....así fue como Edgar llegó al mundo...pero no pensé que mi primer cachorro viera eso.

Joseph: De ahora en adelante, este libro se va a quedar aquí- lo guardó en un hueco que hay en la pared, y después movió el mueble- ahora tendré que mirar como hacer que olvide eso -lo abracé y me devolvió el abrazo, después besó mi frente y mis labios- ¿qué hicimos mal para que terminaran así?- me reí y escribí.

Aesop: "¿No crees que ese es tu castigo por ser un mal rey en el inicio?"- se hizo el dolido y me tumbó en la cama.

Joseph: Primero tu voz y ahora mis propios hijos , la desgracia es horrible- empezó a besar mi cuello... bueno, supongo que no es mal momento...

Orpheus: ¡Majestad!- se detuvo y miró la puerta- sus hijos están causando problemas en el pueblo, otra vez- hizo una cara de fastidio y se puso de pie.

Joseph: Duerme, en la noche terminaré nuestro asunto, pero primero debo resolver conflictos...- lo besé en los labios y se fue, sonreí, ahora debo pensar como sacaré a mis hijos de este problema.

En el Hermoso SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora